Otakus babean por un peluche de Gardevoir

Gastarse más de 400 dólares en un peluche de Gardevoir en tamaño real definitivamente es algo que vale la pena presumir. Eso es lo que ha estado ocurriendo recientemente en redes sociales en Japón, en donde los fanáticos de “Pokémon” han estado compartiendo fotografías de su nueva adquisición y, como era de esperarse, han desatado todo tipo de reacciones.

El peluche mide aproximadamente 170 cm (un poco más que los 160 cm anunciados originalmente) y, aunque no puede mantenerse de pie, sí puede sentarse. ¿La razón? Tiene un trasero sorprendentemente grande, tal como lo explicó un usuario en redes sociales:

«Mi Gardevoir tamaño real ha llegado. Puedo ver por qué solo tenerlo en casa mejorará mi calidad de vida. La falda es bastante larga, así que creo que la altura real ronda los 170 cm. Además, no puede mantenerse de pie por sí solo, pero sí puede sentarse, lo que explica por qué su trasero es tan enorme. Esto es un big-booty Gardevoir».

Gardevoir — ©2024 Pokémon. ©1995-2024 Nintendo/Creatures Inc. /GAME FREAK inc.

Para demostrarlo, levantó la falda del peluche, lo puso en una pose bastante dudosa y tomó una foto de su trasero. No contento con eso, puso su mano al lado para comparar tamaños. Y bueno… internet hizo lo suyo. Todos sabemos que Gardevoir es de los personajes más “profanados” del universo Pokémon, al punto de que aparece en los primeros puestos de la Rule 34, así que no es sorpresa que un detalle como éste no haya pasado desapercibido en redes sociales. De hecho, otros dueños del Gardevoir de tamaño real no tardaron en compartir sus propias experiencias, destacando:

«Le puse un vestido de maid y quedó PERFECTA. Estoy en lágrimas. Ahora necesito un Sylveon tamaño real para ponerlos juntos».
«La falda larga de la versión maid hace que se vea increíble. Y sí, por el diseño del pecho, termina luciendo enorme».
«Intenté ponerle otro outfit, pero su pecho en punta hace que algunas prendas no le queden bien».
«Tengo a mi Gardevoir en la oficina. La uso para sostener cosas en el escritorio y cada vez que paso le digo: ‘¡Oh! Ya avanzaste más en el trabajo».
«No quiero juzgar los gustos de nadie, pero exponer ciertos fetiches en redes sociales ya es demasiado».
«Dios, hay demasiados degenerados aquí».
«Esto me recordó la vez que me destruyeron la infancia en el kínder».
«No sé qué me pasa, pero estoy empezando a querer uno».
«Maldición, esto se ve demasiado bien, ahora lo necesito».