Reseñas
[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Yesterday wo Utatte capítulo cinco contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.’]
Capítulo cinco: Un joven de nombre Minato
Personajes vienen y van para que Yesterday wo Utatte siga enseñándonos nuevas lecciones. En este episodio Minato, ex compañero de la preparatoria de Haru, aparece para mostrarnos otra cara del amor. No me cansaré de repetirlo, esta serie vaga en las conversaciones para mostrarlos lo que pasa alrededor de nosotros camino al trabajo, una tarde de primavera o simplemente acomodando una repisa. En medio de una serie de conversaciones entre Minato y Haru descubrimos que rendirse no es una opción. El amor no sucede para ser correspondido, la mayoría de las veces es sólo para mostrarnos otra cara de nosotros mismos.
¡No me Rendiré!
Minato apareció y se fue en un mismo capítulo. Su paso por Yesterday wo Utatte nos dejó una lección increíble. Él no fue el único que nos dio sorpresas, Shinako increíblemente ha decidio seguir adelante, como lo hacen las estaciones del año, como lo hace la vida: “He dejado de correr en un mismo lugar”. Seguir adelante es un paso importante siempre que se han agotado las esperanzas. Ambos tienen esto en común. Para caminar, para seguir el curso del río y llegar al mar, es necesario poner en claro lo que uno siente. Estar enamorado de un recuerdo es lo mismo que estar enamorado de un muerto. Shinako y Minato sientieron lo que debían sentir y cuando fue el momento de dejarlo ir, sólo se fue.
Ya en otros capítulos nos preguntábamos por el amor y sus complicaciones. Vivirlo es una experiencia abrumadora y como Minato dice siempre termina perdiendo quien se enamora. Siempre que hablamos de amor pensamos en parejas, pero el amor, siendo un acto no puede depender de dos. Actuar o no, en el sentido de realizar acciones, depende sólo de uno. Cada que nombramos lo que sentimos lo hacemos en voces pasivas: me enamoró, me lastimó, me dolió, me alegra, y así con todas nuestras emociones. Esto no sólo demuestra una falta de control sobre nosotros mismos y nuestras pasiones, sino una falta de reflexión sobre cómo actuamos y lo que decidimos.
Tenemos la costumbre de hacer responsables a los muertos y a los recuerdos de nuestros actos, más aún a los vivos. Al final, cuando Minato se le declara a Haru, ésta admite que Rikou no ha hecho nada por su amor ni por sus sentimientos, para sentirse bien consigo misma, ella tenía dejarse vivir su sentimiento aunque no valiera la pena. Minato lo ha vivido, se ha declarado y ahora sólo se irá. Su foto de Haru es interesante, no por ganar un primer lugar, sino por lo que Minato piensa de los retratos. En ellos, no puede evitarse una mirada subjetiva. Uno pone en la mira lo que siente, es imposible no hacerlo. Minato reconoce sus sentimientos y que son de él y por él no de Haru.
Conclusiones finales de Yesterday wo Utatte
Yesterday wo Utatte marcha bien. No es una caja de Pandora este anime pero siempre tiene algo en lo que puedo pensar. Estos días de encierro sólo nos han dejado dos opciones: conversar con nosotros mismo o conversar con los otros. Este método efectivo, pero poco usado, de comunicación ha sido bien usado por el anime. En otros animes hemos visto que la práctica es lo esencial en los personajes y los hilos argumentativos, éste cumple muy bien con su género. Poner así la importancia de las conversaciones como generadoras de mundos en estos tiempos en donde no hay nada más qué hacer, nos permite un reinvención sobre el conocimiento de sí y de los demás.
Este capítulo no fue uno de mis favoritos, creo que en este no ha habido suficiente fuerza. Así es la vida, una rueda de la fortuna. Siempre es bueno no tener los ojos puestos al cielo, es mejor calificar o admitir según sea la realidad. Poner expectativas sobre cualquier cosa siempre sugiere cierto descontento con uno mismo, nacen de la inconformidad con el exterior. Sigo pensando que cumple con su finalidad a pesar de mi gusto. Cuéntenme sus opiniones, sus descontentos o alegrías. No me canso de decirlo, sigan adelante.