Reseñas
[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Yesterday wo Utatte capítulo cuatro contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.’]
Capítulo cuatro: El río fluye camino a casa.
Shinako regresa a casa. En este cuarto episodio nos adentramos a la vida de Shinako al paralelo Rō. El desarrollos de sus historias tiene un eje: la muerte. Ella regresa a la antigua casa en la que alguna vez cuidó al hermano mayor de Rō. Yesterday wo Utatte está amarrando los hilos conductores de sus historias. Rō por su parte está camino a superar a su hermano. La constante comparación que Shinako hace entre ambos terminar por revelar los sentimientos de Rō. La conversación que viene después pone las cartas sobre la mesa. Cada cual es capaz de decir lo que ha significado esa muerte en sus vidas y si pueden seguir adelante o bien sólo correr en círculos.
Mar
El camino del río siempre desemboca en el mar. Aunque la idea refiere un regreso, lo cierto es que uno jamás puede pensar en un río sin la imagen del mar. Me parece curioso este modo de tratar el argumento del episodio. El camino del río es largo, comienza en el cielo y termina en su espejo. El mar no es constante, es un torbellino, es intempestivo, es gigante, imponente y destructivo. El hombre ante él no puede sino sentir el vértigo de lo que es existir: vacío. Ante el mar, nosotros no somos nada. Es la desembocadura de de todo un camino incierto. Cada río es un hombre buscando su lugar en el mundo, el mundo es el mar. Una vez que llegamos a él hemos encontrado lo somos, llevados por la corriente sólo tomamos decisiones que nos ponen más cerca de la marea.
Este capítulo marca un cambio en la vida de Shinako. Una frase constantemente citada de Heráclito describe bien lo que es el fluir del hombre en la vida: “Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”. Esta frase ha sido interpretada de mil y un formas, ahora quiero utilizarla para mi propósito. Si admitimos que el hombre es un río que va en busca del intempestivo mar, en realidad nosotros siempre estamos llegando. No dejamos nunca de ser río, pero tampoco mar. No somos siempre los mismos, la corriente nos cambia. El camino es determinado, nosotros tenemos una ruta y conocemos el destino, pero quien cambia en el agua, somos nosotros. Shinako arrastrada por la corriente no tiene mas remedio que dejarlo ir. Rō no tiene más remedio que seguir su camino sin el estaque que ha sido la competencia de su hermano.
Yesterday wo Utatte ha puesto sobre la mesa a dos personajes que tienen en común un ir y venir sin dirección pero que en realidad nos confronta a nosotros mismo para decirnos que jamás seremos los mismo y que el tiempo, gran camino al mar, gran camino a nosotros, gran ciclo de vida; se lleva los recuerdos, se lleva el dolor, se lleva la tristeza y la promesa. Rō no podrá ser el artista que desearía si no deja al fantasma de su hermano. Para seguir adelante, para tener un impulso, a veces necesitamos a los fantasmas que nos atormentan, pero después de un tiempo de vagar sobre nada, dejarlos tomar su propia corriente es la salvación que necesitamos para sobresalir y crecer. A lo largo de la vida conoceremos un sinfín de personas que en su afán de hacerse daño y sufrir sólo cargan las penas de viejos dolores.
Conclusiones finales de Yesterday wo Utatte
Como decía en el resumen de este episodio, Yestarday wo Utatte va ubicando perfectamente el camino de los personajes. He leído algunos comentarios sobre el tedio que puede generar este género. Sé que no es habitual este modo de contar historias pero hay muchísimo por sacarle a este anime. Este capítulo me ha dejado pensativa, sobretodo es estos tiempos en los que parece haberse detenido el mundo. La convivencia con nosotros mismos, con todo lo que nos da vida, es difícil de lidiar, este tiempo a solas debe servirnos para regresar los ojos al espejo, mirarnos en el cielo, reflejados y esplendorosos podríamos encontrar que somos intempestivos, destructivos, pero sublimes.
Cuéntenme si ustedes se sienten identificados con algún personaje. No desesperen y veamos en qué acaba este meollo de sentimientos y situaciones cotidianas que terminan por sobrepasarnos. La historia va a una marcha lenta pero con pasos muy firmes. Tengo que ser honesta y decir que estaba bastante disgustada con este anime pero cada capítulo logra ganar algo más de mí. No estoy segura de que sea una joya en esta temporada, con todo y las suspensiones, pero sé que no nos dejará con un mal sabor de boca. Así que si somos ríos, benditos somos.