Reseñas
¡Advertencia! Esta reseña sobre Yuukoku no Moriarty capítulo cuatro contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
#04 Una rara raza
Yuukoku no Moriarty capítulo cuatro da inicio con una súplica desesperada y un rechazo que condena a un pequeño. La llegada de William a Durham lo lleva a relacionarse con el Vizconde Belfor, y una vez conociendo sus pecados Moriarty le extiende su mano a Burton para cobrar su venganza. A través de un ingenioso plan que combina la medicina para el corazón de Belfort y las peculiaridades de la toronja, su castigo le es dado. Al final, y gracias a una recomendación de Albert, Burton y su esposa Michelle parten rumbo a Londres, compartiendo el vínculo nacido por su pecado.
Lo que vale una vida
Las reflexiones dentro de esta historia son brutales, ya que estamos bajo la premisa de la diferencia de clases inevitablemente llegaría el momento en que aparecería esta despreciable situación, ¿qué tipo de vida vale la pena salvar? Nuestro pensamiento moderno nos condiciona a creer que toda vida vale lo mismo, por el simple hecho de que todos somos seres humanos. Sin embargo esta clase de pensamientos son propios de nuestro entorno moderno, hagan la misma pregunta en el siglo pasado y la respuesta puede ser shockeante. Así como existe la jerarquía de clases, existe la prioridad de salvación y aquellos con la autoridad de decidir son, por supuesto, la propia nobleza.
El rechazo de Belfor al suplico de su jardinero es solo un caso de los muchos que debieron existir. El vizconde es un hombre de naturaleza vil, complacido con su rango e incapaz de empatizar con nadie que esté por debajo de él. Resulta evidente que para Belfor la vida de un niño campesino no valía nada, por la simple razón de que en nada le afectaba si vivía o moría en ese sitio. El valor de una vida se determina en base a los beneficios que podemos tener de ellos, al menos así es como parecen operar los nobles. Si Belfor hubiese determinado que el hijo de Burton traería beneficios a su finca, sin dudarlo lo hubiese salvado, claramente reclamando el pago por ello. Sin embargo no había nada en el pequeño que le hiciera pensar de esa manera, era descartable, Burton y Michelle podrían tener otro.
La egoísta condescendencia de Belfor ocasiono la muerte temprana del pequeño, y me permito regresar a lo que exprese la reseña pasada, hay una carencia de noblesse obligue. El vizconde se regodea en sus lujos sin ser consiente de a quien se los debe, no es por su esfuerzo que tiene aquellos privilegios. Lo mínimo como noble, mejor dicho como ser humano, que podría haber hecho es mostrar misericordia. Brindarles una mano a sus empleados es más redituable a futuro, esa noche Belfor firmo su propia sentencia. Un siervo enfurecido con su amo, no conoce lealtad. A pesar del peso del estigma de su condición como siervo, al final Burton se sobrepuso y empuño su espada de venganza contra el señor a quien siempre sirvieron. Porque ya no existía lealtad alguna que preservar.
La vida de Belfor nunca fue de más valor que la del hijo de Burton y Michelle, al final ambas vidas se tazaron y fueron la causa de la muerte del otro.
Responsabilidad y vínculo
Nuevamente Moriarty nos complace con un crimen perfecto, no hubo necesidad de empuñar un arma de manera literal, aunque metafóricamente Burton consiguió empuñar la espada la venganza. Este crimen nació gracias a la brillante mente de William quien pudo conectar los puntos clave para hacer que Belfor bajara la guardia. La condición cardiaca, la medicina casera y las plantas exóticas fueron los puntos clave que William recolecto, incluso antes de ofrecer sus servicios a Burton. El genio de Moriarty no debe ser subestimado de ninguna manera, realmente nos hace creer que llegara el día en que veremos sus ideales cumplidos.
Un punto clave dentro de los crímenes de Moriarty es la importancia de tomar responsabilidad. Si bien es cierto que William planea los crímenes, no es él quien los lleva a cabo. Aquellos que solicitan su ayuda son los únicos responsables del acto criminal. Esto es algo que Moriarty les hace saber a todos sus clientes, Burton y Michelle incluidos. De hecho creo que es algo necesario, un crimen no es algo que alguien deba cargar por ti, sobre todo si este fue en beneficio propio.
El crimen de Burton y Michelle no fue un acto caprichoso, era algo que ambos necesitaban para sanar sus corazones, y es precisamente por eso que es necesario que ambos tallen a fuego en sus corazones que fue algo que hicieron ellos mismos. El peso de esa responsabilidad es lo que hará sanar la herida que los llevo a aquella situación. La responsabilidad no es solo una carga, también puede ser fuente de alivio.
Además de la responsabilidad, el crimen cometido se convertirá en un vínculo inquebrantable entre ambos. La conciencia de saberse responsables de aquel acto, será su nuevo punto de apoyo. Este nuevo vínculo no sustituye el anterior, pero puede ayudar a restaurarlo. Michelle perdió la fe en Burton cuando este no pudo hacer nada por su hijo, pero con el crimen que cometieron las cosas cambian. Antes no pudo hacer nada, pero ahora consiguió vengarlo exitosamente, ambos lo hicieron, se ensuciaron las manos pero obtuvieron una paz que creyeron perdida. La complicidad y la fortaleza de un vínculo de esta naturaleza, no le es ajeno a William, es el mismo vínculo con el que nació su familia. Es por ello que tiene la certeza de que las cosas funcionaran para Burton y Michelle.
Comentario final
Yuukoku no Moriarty capitulo cuatro ha sido un episodio muy satisfactorio. El trato a la clase baja es crudo, lo que agradezco pues respeta el ambiente. Hace que el contraste con la egoísta opulencia de la nobleza se resalte. Continuamos en un punto en el que es imposible empatizar con la nobleza, no con aquella que vive pisando a otros. Además debo agregar que el dilema entre justicia y venganza continua acechando las acciones de nuestros protagonistas. No cabe duda que esta es una historia que hay que ver con una mente abierta, sobre todo si no queremos quedar atrapados en los ideales de Moriarty. Esto, no porque no sean deseables, sino porque son tan deseables que casi paren un delirio.
Antes de finalizar con esto, he de decir que me siento fascinada con el detalle de la animación al combinar las luces y sombras para hacernos distinguir los deseos y las verdaderas naturalezas. El diseño de personajes ocupa el mismo halago, el cambio de vestuario para la reunión con el vizconde ha sido un deleite visual. Si bien los tres Moriarty usan traje en todo momento, el verlos dentro de un clásico cola de golondrina ha sido todo un gozo. En general estoy entusiasmada y fascinada por el detalle de la época. Como entusiasta de la época victoriana, en realidad estoy esperando con ansias los diseños de más vestuarios.
En fin, estas han sido mis impresiones del capítulo: ¿Qué les pareció este episodio? ¿Cómo habría cambiado todo si Belfort hubiese mostrado misericordia? ¿Es la responsabilidad por nuestros pecados lo que nos devuelve nuestra humanidad?