Reseñas
Esta reseña sobre Vanitas no Carte contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 6: “Salvatio. Preguntas”
Vanitas no Carte regresa una semana más. En su sexta entrega, Vanitas evita que el enviado de Charlatán, Naenia, se haga con el nombre verdadero de Noé. Sin embargo, el “malnomen” de varios asistentes crea una disonancia musical que enloquece a los vampiros, así que el doctor de la luna azul debe encargarse de los infectados. Noé y Domi lo asisten, pero justo en el momento en el que solo queda un maldito, aparece Verónica de Sade dispuesta a matar a Vanitas, al que culpa de lo sucedido. Dominique intenta detenerla en vano.
En su huida, Noé y Vanitas encuentran a una niña con el “malnomen”. El humano explica que es demasiado tarde y, en lugar de curarla, la desintegra. Noé reacciona enfurecido pero son interrumpidos por Verónica de Sade, que congela a Vanitas. Justo a tiempo, aparece Lord Ruthven, el tío de Luca, para averiguar qué está sucediendo. Al preguntar directamente a Vanitas, este responde que sí ha sido él quien ha matada a la pequeña vampira. Sin embargo, Noé se adelanta y lo protege. Ruthven decide custodiar a ambos bajo su protección. Aparece Luca y Noé pierde la conciencia.
Al amanecer, Noé encuentra a Vanitas en un campanario. Lo confronta y acuerdan que cada uno de ellos hará lo que desee, y que él desea seguirlo porque se siente intrigado.
Análisis: “¿Qué es la salvación?”
Definitivamente, si hay un factor atractivo en los personajes de Mochizuki en Vanitas no Carte, este es ha de ser que casi ninguno de los principales se queda encajado en una sola cara. Son varias las facetas que salen a la luz en un mismo individuo, como el lado tierno y el de mujer fatal que conviven en Dominique de Sade. En este sentido, sobresale la inteligencia emocional de Noé en este capítulo. Si bien se profundizó en sus recuerdos en el episodio anterior, enriquecer personajes con un pasado trágico es fácil; lo difícil es lograr una personalidad diversa como la suya.
Nuestro vampiro protagonista no es inocente, curioso y apasionado sin más, puede bajar de las nubes y realizar evaluaciones sentimentales complejas, ahondar en los misterios de Vanitas y en sí mismo. Su confesión en la ensoñación con el maestro y su confrontación con Vanitas están muy logradas. Ese grado de autocrítica en el que asume que estuvo mal tener expectativas equivocadas de alguien que fue honesto desde el principio sobre sus intenciones es magnífico. Se rompe el molde del protagonista soñador, provoca al humano de la luna azul y lo obliga a sacar ese lado negativo que siempre esconde.
Por otro lado, la escena final en la que hablan no solo es importante para Noé. Se produce la ruptura de la máscara que siempre lleva Vanitas. Al enfadarse y rechazar a Noé, al atacarlo, saca a relucir esas emociones oscuras que lo atormentan y que odia confesar. Hay una fuga del personaje histriónico e imperturbable, porque se demuestra que sí le afectan las cosas que lo rodean, que sí lo dañan.
Otros elementos del capítulo como el desarrollo progresivo de la historia, la banda sonora y la animación me producen una sensación de in crescendo. Quiero decir, hasta ahora, mejoran con cada nuevo capítulo.
Y supera a Pandora Hearts
Por supuesto, el momento de sopesar la balanza tenía que llegar. Ya al día con el manga de Vanitas no Carte, y repasando Pandora Hearts, voy a exponer por qué supera a su predecesora tanto en el manga (la historia en sí) como en el anime (la banda sonora no creo que la supere, aunque quizás igualarla). Ahora bien, quiero subrayar que es mi opinión, mi percepción subjetiva de ambas, como todo lo que atañe a cualquier reseña. También he de resaltar que, dado que el manga no ha terminado ni de lejos, bien podría cambiar mi visión en el transcurso de las publicaciones.
En primer lugar, la animación de Pandora Hearts no tiene el mimo de Vanitas de Carte ni de lejos. Además, no están tan alejadas en el tiempo y los recursos tecnológicos como para decir que es por la época. El dibujo de la primera es más agradable en el manga que en el anime, en la segunda hay un despliegue visual asombroso (bellísimo) de los personajes y el ambiente. Por lo tanto, el paso del manga al anime es un logro en Vanitas, pero no del todo en Pandora Hearts. Si bien, la banda sonora de esta última es una joya y la animación en sí no es mala, solo que en Vanitas es… superbe.
En cuanto a la historia en sí, confronto los primeros 50 capítulos del manga de la primera con la segunda, que son más que suficientes para determinar que la trama de Vanitas no Carte es una superación de Mochizuki (no haré spoilers):
- Pandora Hearts ya apuntaba al diseño de personajes complejos, pero construyó su genialidad, sobre todo, con los giros inesperados. Es cierto que consiguió diluir el espacio entre buenos y malos, que los villanos nunca eran enteramente malvados ni viceversa, pero la multiplicidad de facetas es un logro de Vanitas no Carte. Mostrar distintas facetas, en el sentido que uso, no es que un personaje amable se vuelva sangriento, voy mucho más lejos, analizo un nivel íntimo y sutil, la personalidad más allá del cliché. La complicación psicológica en Noé y Vanitas es inmensamente superior. Pensemos en Alice frente a Vanitas, Oz ya apunta similitudes con Noé, pero no lo alcanza.
- La trama de fondo en Pandora Hearts es…excesiva. Me da la impresión de que Mochizuki ha madurado la concepción de un universo y sus principios, y de alguna forma ha depurado todo lo que entorpecía a su obra anterior. En Vanitas no Carte, sin renunciar a las buenas ideas, sabe desgranarlas sin perder el interés del espectador. Con la anterior, con la historia del “abyss“, quiso hacer algo tan enormemente complejo y lleno de matices, que me hacía sentir que perdía la comunicación con el público. Creo que el hecho de que una trama sea enrevesada y difícil no la hace necesariamente buena, porque contar una historia es comunicarnos, contamos siempre a alguien. Contrastando los primeros 50 capítulos de Pandora y lo que lleva Vanitas, esta última se sabe comunicar conmigo. En ella, no percibo ambigüedad innecesaria y no por ello es peor la trama. Muy al contrario, Vanitas no Carte limpia los excesos, se comunica con el lector en todo momento.
A modo de conclusión
Vanitas no Carte demuestra una semana más que su animación y su historia merecen la pena. A cada nuevo episodio, se despliega mimo en los paisajes, los fondos y el diseño de los personajes. La banda sonora va abriéndose un hueco especial en el oído y la emoción del espectador.
En realidad, para el observador atento, la atención a los detalles insignificantes puede proporcionarle una idea del trabajo del equipo de animación tras este proyecto. Me he quedado sorprendida- por no decir de piedra- con la pronunciación del nombre completo de Luca (Lucius) con “k”, como “Lukius”. Efectivamente, en latín clásico esa es la pronunciación purista, la que casi nunca -por no decir nunca- usa nadie.
Por último, hemos de subrayar la psicología de Noé y Vanitas, que no dejan de crecer en los niveles más íntimos de expresión, en las distintas facetas que puede expresar una sola persona. Sencillamente, me encanta la personalidad de Noé.