Reseñas
Último capítulo de este viaje en donde Mie Ai y Komura Kaede finalmente se verán las caras, pero ¿se dirán lo que todos esperan escuchar? Tal vez, lo que si se puede adelantar es que palabras dulces habrán de ambos lados. Sin embargo, puede llegar a ser una resolución que deje un tanto tibio a los que solo siguieron el anime semana a semana.
Ojos que si ven, corazón que si siente
No hay porque apurarse. En primer instancia y previo la última vez que se escuchará el opening, hay un breve segmento con Komura y Mie que nos anticipan lo bien que ambos quedan en secuencia. Más en este momento que se los ve usar lentes.
Lo siguiente tiene como factor principal un cambio de peinado que Mie obtiene por parte de una de sus amigas. Esto mismo deja sorprendido a Komura, quien no puede dejar de quitarle los ojos encima, y nunca mejor utilizada esa frase. Aunque tiene su trampa, pues ella entre sus vergüenzas y rubores se dará cuenta de que es observada, algo que no le molesta en lo más mínimo.
Luego de clases, el par de protagonistas vuelven juntos a sus casas como acostumbraron en episodios anteriores. Al irse cada uno por su lado, Komura logra escuchar que alguien se reencontraba con Mie, el cual se trata de un antiguo compañero de primaria. Es a raíz de ese encuentro que nuevamente los celos y las inseguridades de Kaede salen a flote.
Ese rasgo es algo que lo preocupa en ocasiones y no le permite avanzar, más en este caso que al día siguiente es solucionado solo con una simple charla. Y es que resulta que aquella persona con la que Mie se reencontró era un compañero de primaria que la molestaba por usar lentes, lo cual hace una comparativa con Kaede, quien la protege en cada vez que tiene una oportunidad.
No obstante, la incertidumbre en Komura no cesa, pues se plantea que Mie dejará de olvidarse los lentes algún día. Una referencia a que ya no será útil para ella o como mucho, no estarán juntos por azares del destino. Aunque no hay mucho tiempo para eso, los exámenes previos a las vacaciones de verano están cerca, algo que no dura demasiado.
Es en el último día escolar que nuevamente ambos vuelven a casa, pero con las dudas de si podrán verse otra vez. Al no tener que ir a la escuela tendrán que estar separados, y tanto Mie como Komura están ansiosos por eso. Dentro suyo también crece una pregunta, una que tardará un poquito en salir.
Para que aún no se separen y de paso hacer tiempo, ambos protagonistas pasan por el parque que apareció anteriormente. Esta vez, Mie no hará una acrobacia en la barra por no llevar shorts. Un pequeño gag, que continúa con la chica con lentes y su atento compañero dentro del tobogán, en donde se mirarán a los ojos. Esta vez será un poco diferente a las veces pasadas.
Sin embargo y pese a las expectativas del espectador, no habrá ese tan esperado beso y que tanto ansiaban, solamente una foto y nada más. Eso es lo que te hacen creer, ya que Komura toma un último aliento de valentía para confesar que quiere ver a Mie en vacaciones. No es lo que se esperaba, pero es algo.
A modo de regalo, la serie cierra con unos infantes Komura y Mie, quienes se conocieron sin saberlo mientras compraban helados durante un verano. Aquel recuerdo, se suma una despedida de los personajes para consigo mismo y para el televidente o internauta, con un breve extra de la selfie que Kaede y Ai se tomaron antes.
Conclusión
Suki Nako ga Megane wa Wasureta resultó un anime entretenido de principio a fin. La dinámica está totalmente anclada en sus dos protagonistas y no mucho más. No se rellenan con parejas adicionales o personajes secundarios. Esto puede verse como algo negativo, ya que presenta algunos diseños interesantes que habría gustado conocer un poco más.
De todas formas el enfoque es claro, una chica que se olvida sus lentes y su compañero que estará atento a que no le suceda nada malo. En práctica puede resultar repetitivo, pero la trama se esfuerza para no gasta el mismo chiste. En situaciones funciona y en otras no. Su enfoque en segmentos hace que tenga un ritmo ligero y sencillo.
En el apartado técnico no presenta mucho más que un puñado de espacios y ambientes que se repiten. Es normal que gran parte de un episodio transcurra en la esquina de un salón y cada tanto varíe dentro de la escuela o en sus alrededores, un poco de la ciudad, el parque y no mucho más. Es este elemento el que le permite tener fondos y modelos de personajes más detallados.
Sin esquivar la polémica, ese fragmento del primer episodio que alejó a muchos es algo que solo se usó durante no menos de 5 minutos y nunca más volvió a aparecer algo de ese estilo. Si se mira desde un punto de vista neutral, se lo podría considerar como un filtro. Aunque luego de haber pasado una temporada entera, la jugaba no habría resultado al no ser muy comentada en redes sociales.
Del mismo modo, es poco probable que se vea una segunda temporada, en la que todo depende de como vaya en ventas o los intereses que tengan en el estudio, las productoras y demás componentes que hacen la producción de un anime.
Dicho simple y llanamente, Sukimega es algo para ver tranquilo y divertirse. Cada tanto una emoción romántica aflora, pero no esperes esa resolución, al menos no en este medio. Si el manga es tu hábitat diario, es más recomendable seguirlo ahí. Puede darse el caso de que el ritmo sea lento al durar 24 minutos, contrario a las de 10 a 15 páginas que resulta su versión impresa (o digital).