Reseñas
[bloques texto=’Esta reseña sobre Kono Oto Tomare! contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña. ‘]
#3 El club de koto renace
El club de koto necesita nuevos miembros para no ser cerrado. La cuota se completa con tres amigos de Kudo, Sane, Kota y Mittsu, que llegan al club engañados por la fachada de Hozuki.
Kudo intenta acercarse a Hozuki mientras esta le ayuda con sus plectros (o púas), pero la chica vuelve a tomar distancia de manera brusca.
Los amigos de Kudo son descubiertos por el subdirector jugando cartas en el club. Este les exige que toquen un poco, pero Hozuki aparece para convencerlo de que les de un mes para preparar una presentación para toda la escuela.
Luego de escuchar al subdirector hablar mal de Kudo, y de recordar cuando este los defendió de unos delincuentes, el trío decide tomarse el club seriamente. Con esta nueva disposición, Hozuki abandona su fachada y les explica como tocar.
Hozuki propone empezar a trabajar en una pieza, y para ello invita al grupo a ir a una presentación. Allí, todos son sobrecogidos por el “Ryuuseigun” del grupo infantil de la escuela Hozuki, pero la propia Satowa los persuade de intentar dicha canción.
Hozuki además, se compromete a traer un koto de 17 cuerdas de su casa, rechazando la ayuda que Kurata. Es este quien ve al grupo infantil junto a su maestra, la madre de Hozuki, pero esta dice que no hace falta saludarla y se marcha.
Hozuki tiene dificultades para cargar el koto de 17 cuerdas por lo que Kudo se acerca a ayudarle, pero es rechazado con brusquedad.
La estricta enseñanza de Hozuki la lleva a chocar con Kudo. La chica reflexiona sobre sus dichos, mientras que Kudo, luego de una charla con Tetsuki, fabrica un koto de cartón para memorizar las cuerdas.
Hozuki observando la dedicación de Kudo hace las paces con este.
Prejuicios y cómo romperlos
Es interesante cómo los prejuicios juegan un papel importante en la etapa inicial del anime. Desde el incidente en el que murió el abuelo de Kudo hasta la visión que todos tienen de Hozuki, prácticamente todos los personajes están condenados a recibir una mala preconcepción, lo que genera una disposición para el desarrollo de los mismos: romper esa percepción errónea con sus acciones, con sus palabras y por supuesto, con el koto.
Aquí es donde entra el personaje paria del anime, Kudo. El chico que aún carga con la culpa por la muerte de su abuelo, pero que en base a sus acciones toscas pero honestas terminó por ganarse la confianza de Kurata y de la anciana de la tienda de música, (algo bastante cercano al protagonista shounen promedio). Pero Hozuki parece ser otro tema, pues la chica, al menos durante este capítulo, se esforzó muy poco en intentar entender a Kudo. Señalándolo como fuente de la mala reputación del club, respondiendo de forma hostil a cualquier intento de acercarse del chico y cuestionando constantemente la voluntad de Kudo en cuanto al koto, y fue solo en el final que pudo romper esa idea que tenía de él al verlo practicar con un koto de cartón hecho a mano.
Pero pensar mal de Hozuki por tener prejuicios hacia Kudo vuelve todo un círculo vicioso, ya que la propia chica es más que esa fachada que suele mostrar, y no hablo de la falsa sonrisa con la que atrajo al trío de tontos.
La situación de Hozuki no es buena. Este capítulo nos dijo eso indirectamente a través de pequeños detalles, como por ejemplo: cuando Kudo le pregunta de quién aprendió a tocar y la chica responde de forma hostil, algo que luego se complementa con la deducción de Tetsuki, de que su forma de enseñar estricta deriva de una educación similar y los recuerdos de la propia Hozuki. Otra cosa que volvió todo un poco más evidente fue su negativa a la hora de saludar a su madre.
Todo esto nos habla de un entorno complicado para la heredera del estilo Hozuki, y explica bastante de su forma de ser, pero parece que eso podría cambiar ahora que ha encontrado un club lleno de personas dispuestas a ayudarle, eso si es que decide romper sus prejuicios y abrirse a ellos.
Opinión final
El capítulo tuvo momentos tensos por los choques entre Hozuki y Kudo, algo que viene siendo moneda corriente desde la llegada de la chica, pero también tuvo momentos divertidos como todo lo concerniente al trío de tontos introducido en este capítulo: Kota, Sane y Mittsu, personajes que obviamente tienen por fin aportar algo más de comicidad, pero que también nos regalaron uno de mis momentos favoritos en este capítulo: ese flashback de Sane en donde Kudo los defendió a pesar de ser amigos de su amigo.
La ejecución de los capítulos sigue siendo correcta, e incluso mejora algunas escenas que en el manga carecen de un contexto adecuado y son más comprensibles estando animadas, como la escena en la que Hozuki ve a su madre.
Me gustó mucho la música de ciertos tramos. Hacer que los momentos en los que Hozuki mostraba su verdadera personalidad o se mostraba enojada fueran musicalizados con koto fue un gran acierto porque le dio más valor cómico a dichas escenas.
Una buena introducción de los nuevos personajes, acompañada por un refuerzo significativo en la química entre Hozuki y Kudo, que a pesar de chocar bastante empiezan a entenderse mejor, hizo que este capítulo fuera disfrutable, por el lado negativo también podríamos decir que un poste podría haber cumplido el papel de Kurata esta semana.
Finalmente el grupo tiene su primer presentación pactada, una que decidirá el futuro del club, y será en un mes, (literalmente, y si el anime no tiene ningún retraso), la canción será Ryuuseigun, en palabras de Hozuki, una pieza sencilla pero con la fuerza suficiente para que el club demuestre su valía, algo que espero ver y escuchar, ¿y ustedes?