Reseñas
Tras una semana de espera un nuevo capítulo ha salido. Es momento de recordar la inocencia y llenarnos de dulzura. Así damos inicio a la reseña del capítulo diez de Koi wa Ameagari no You ni. El recuerdo del primer amor está en el aire.
¡Advertencia! A partir de este momento habrá spoilers del capítulo
A partir de este momento procurare mantener la misma dinámica para las reseñas de este anime. Iniciando con un resumen del episodio, seguido de un breve análisis para finalizar con un comentario más general. Sin más por el momento apréstense a continuar.
Capítulo diez: Lluvia ligera
Akira continúa pensando en su discusión con Haruka mientras contempla la luna. El deseo que le pidió a la super luna aún permanece en su mente. Su madre aparece y le pide que tire la pila de periódicos viejos, pero algo llama su atención. Lo próximo que vemos es a Akira reuniéndose con el gerente, ambos tendrán otra cita. Siguiendo adelante con ser amigos, Akira le pide al gerente que le recomiende algún libro. Por sugerencia de la joven ambos se encuentran en una feria de libros de segunda mano.
Durante su estadía, el gerente Kondou se reencuentra con un viejo vendedor que conoce de sus años de la universidad. En su stand tiene diferentes libros y una gran cantidad de postales antiguas. Tan sumido en su interés, Kondou acaba por dejarse llevar y deja a Akira. Ella lejos de molestarse, se siente feliz por verlo tan animado. Después de un rato, Kondou regresa donde esta Akira y decide comprar un libro. El dueño no accede a hacerle un descuento pero a cambio le regala una postal, la cual el gerente le da a Akira.
Tras un chequeo de rutina, el doctor a cargo de Akira revela que ella podría volver a correr, sin embargo ella no lo quiere así. Por su lado, Kondou disfruta de un ramen cuando por casualidad termina viendo una entrevista que se le hizo a Chihiro. Las respuestas de Chihiro le traen recuerdos y vuelve a cuestionarse su amor por la literatura. Sería una plática con Akira durante un descanso, lo que conseguiría levantar su ánimo. Sin planearlo, ella fue capaz de pronunciar las palabras que él tanto deseaba escuchar.
Lo que el episodio nos dejó
Conforme nos acercamos al final hemos ido aprendiendo cada vez más acerca de nuestros protagonistas. Por supuesto, este episodio no fue la excepción, lo que sabemos acerca de Kondou es cada vez más. Akira por su parte ha sido todo un libro abierto desde el inicio, sin embargo aún llega a sorprendernos con algunos matices. Si tuviéramos que elegir un tema que represente a este episodio, yo diría que fue: la comunicación. Si algo pudo retratar este capítulo es que las palabras deben ser transmitidas. Además que se dejó en evidencia que existen muchas formas de comunicación.
Poniendo un poco a parte esto, otro gran detalle que vimos fue el gran interés del gerente por la literatura. Ya sé que esto no es nada nuevo, sin embargo quiero retomarlo. Básicamente porque según vimos en este capítulo, su interés es tan desmedido que se olvida de todo. Estaba tan concentrado en los libros frente a si, que olvido completamente que Akira lo acompañaba. No muchas personas son capaces de apasionarse tanto por algo, y menos a ese grado. Kondou ama la literatura, ese amor es tan grande que lo consume por completo.
Transmitir mucho sin decir tanto
Esto es algo que me ha gustado especialmente de este episodio. A propósito de las postales, Kondou le cuenta la historia de la carta más corta del mundo a Akira. De esta historia se desprende que no se necesitan tantas palabras para trasmitir lo que deseas, siempre y cuando la otra persona te entienda. Esto me gusto por dos razones, la primera es por que usaron la historia para recrearla con Akira y Kondou. Y en segunda porque modernizaron la historia y la aplicaron con Akira y Haruka. Ambos detalles quedaron perfectos y con un sabor diferente.
En el caso de Akira y Kondou, fue un detalle por sobretodo tierno, Akira recuerda la historia y la lleva a la práctica. Lo que lo hace aún mejor es que el gerente le sigue el juego. Pero bueno, dejando de lado lo dulce de re emplear la historia, vemos que ambos se entienden. En su relación, sea cual sea, ambos parecen tener una idea clara de lo que intenta expresar el otro. Solo con el símbolo de interrogación, el gerente fue capaz de entender que Akira lo estaba buscando. Por su parte ella, solo con el signo de exclamación, entendió que pronto la alcanzaría.
Veamos el caso de Akira y Haruka, para esta comunicación ni siquiera tuvieron que ponerse en contacto. Fue una acción simple, Akira le dio un “me gusta” a una foto del club de atletismo y Haruka hizo lo mismo tras ver el de Akira. Es una comunicación sencilla pero para ambas dice mucho. Eso se entiende en la acción de Haruka, ella deliberadamente espero hasta ver la reacción de Akira. Una vez que confirmo su reacción, entonces ella también dejo su respuesta. Como vemos es una versión bastante más moderna de la carta de Víctor Hugo.
Las palabras de Kondou
Lamentarse por lo que no se hizo, ese es probablemente el peor sentimiento. Este episodio demostró que ese es precisamente el sentimiento que Kondou continua arrastrando. Su amor por la literatura es largo y profundo, este fue el que lo llevo a querer escribir sus propias novelas. Sin embargo, las cosas no resultaron, a pesar de que el amara la literatura esta parecía no corresponder su amor. Al final su amor desmedido por las letras acabo por consumirlo y arruinar sus relaciones. Este fue el punto de quiebre de Kondou, él quería escribir, pero no podía hacerlo como deseaba.
Aun ahora, el gerente no ha dejado de escribir, pero ya no lo hace como antes. Paso tanto tiempo tras un sueño que nunca alcanzo, que ahora tiene muchas reservas al respecto. No tiene confianza y no sabe cómo recuperarla por sí mismo. Sumado a ello, también carga con un sentimiento de culpa, se ha convencido que su pasión por la literatura destruyo a quienes lo rodeaban. En este punto es importante remarcar que lo que especialmente cree haber destruido es su matrimonio. Otro punto por el cual no tiene confianza para relacionarse románticamente con alguien.
En este vórtice de insatisfacción, Kondou encontró una salvación en las palabras de Akira. Ella sin imaginarlo pronuncio las palabras que el gerente llevaba tanto tiempo esperando. La confianza que el gerente no pose, Akira la tiene, él no cree en sus propias palabras. Sin embargo Akira tiene confianza plena en ellas, quizá el gerente se haya dado por vencido, pero Akira continua observándolo. Tener por lo menos a una persona que desee escuchar o leer tus palabras, esa es la mayor fuente de gratitud. Mas para alguien que tiene tantos deseos de ser escuchado.
La golondrina
Gracias al detalle oculto del separador de libros, una curiosa historia es traída a colación. El detalle de esa historia que cuenta, es el de la golondrina que tuvo dificultad para volar. La golondrina es una analogía acerca de los sueños que no se pueden cumplir. Y la pregunta que se desprende es una que ayuda a revelar la visión, tanto de Kondou como de Akira. ¿Qué hubiera ocurrido si la golondrina no hubiese podido volar nunca?
La respuesta que da el gerente es la perfecta descripción del cómo ha vivido él con su sueño frustrado. Quizá podría hallar felicidad y vivir bien, sin embargo siempre voltearía hacia el cielo. Justamente como lo hace él, lleva una vida tranquila y no es precisamente infeliz. Sin embargo justo como la golondrina continúa volteando al cielo, él continua escribiendo. Es muy inteligente esta manera de acercarnos al pensamiento del protagonista. Porque es la manera que tiene el autor de confirmar los sentimientos de Kondou, sentimientos que quizá antes pasamos de largo.
En cuanto a Akira, la respuesta que ella misma se da y le da al gerente, es nuevamente una descripción del como ella está viendo su sueño frustrado. Gracias al doctor, ahora sabemos que Akira podría volver a correr si se sometiera a un tratamiento. Pero es ella misma la que se rehúsa a hacer el tratamiento, sea por miedo o lo que sea. En su respuesta podemos hallar la razón, según ella la golondrina que no puede volar podría olvidar mirar el cielo. Esto nos dice que ella, al igual que la golondrina, encontraría algo que les importe más. Por lo menos lo suficiente como para olvidar aquello que en su momento tanto las había cautivado.
Comentario final
Este fue un episodio hermoso, consiguió trasmitir muchos sentimientos y curiosamente fue gracias a pequeñas anécdotas. La cita de Akira y el gerente ha sido algo bueno de ver. Es evidente que ambos se sienten cómodos al lado del otro. Gracias a la escena final, la ruta de Akira volviéndose la musa de Kondou parece fortalecerse. Después de todo él ha perdido la confianza para seguir escribiendo, pero gracias a Akira a recuperado algo de esa confianza. Ahora solo nos resta ver si esto puede desarrollar una relación más íntima entre ambos. Es una pena que no se tradujera el contenido completo de la postal que eligió Akira. Sin embargo les dejo yo la traducción, es muy bella y vale la pena:
He leído tu mensaje. Lo que no puedas olvidar… No te obligues a olvidarlo. Cuando pasen las estaciones, volvamos a encontrarnos.
Esta semana hubo grandes escenas y varios momentos dignos de una mención, sin embargo me quedo con: la golondrina. Esta escena final, donde el gerente y Akira hablan sobre la golondrina que no podía volar, es digna de la mención por lo que significo. Es una gran escena de revelación, además de que tiene una culminación que se convierte en la apoteosis del episodio. Las palabras que Akira pronuncia, se convirtieron en la salvación de Kondou. Esto es algo increíble, porque ninguno esperaba tal resultado.
En fin por esta ocasión aquí parare, mientras tanto no olvides dejar tus comentarios y decirme ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué hubiera ocurrido si la golondrina no hubiese podido volar nunca? Deja tus comentarios y nos estaremos leyendo, hasta la próxima.