Reseña | Fruits Basket Final フルーツバスケット – Capítulo 6

¡Advertencia! Esta reseña sobre Fruits Basket Final capítulo seis contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.

“Fue tan tonto”

Fruits Basket Final capítulo seis da inicio con Tohru visitando a Rin en casa de Kazuma. Se acerca el aniversario de la muerte de Kyoko pero esta vez Kyo anuncia que no asistirá. Shigure también visita a Rin y le cuenta algunas verdades, Tohru aparece y escucha también, sin embargo escapa antes de revelar más. Mientras deambula encerrada en sus pensamientos, Kyo la encuentra y a su manera la consuela. El día del aniversario, Kyo fue a la tumba por su cuenta y encontró al abuelo de Tohru, este le conto algunas cosas del pasado. Por su lado, Tohru regreso a ver a Rin y finalmente declaro sus verdaderos sentimientos, todo lo que hace lo hace por Kyo. Sin decir más Kagura le recrimina que es a él a quien debe decirle eso.

De vuelta en casa de Shigure, Kyo se acerca a Tohru mientras ella recoge la ropa limpia. Recordando la plática que tuvo con el abuelo de ella, le pregunta por su padre. Por primera vez Tohru revela su vulnerabilidad y su culpa por hacer de su padre un villano. Conmovido por la fragilidad y la soledad de la chica frente a él, Kyo la consuela y la abraza. Más tarde ella le muestra una foto de su padre, pero en ese momento ambos experimentan visiones que los retienen. La de Kyo fue la peor, un traumático recuerdo que lo paralizo por completo.

La maldición de los Sohma

Antes de entrar a terrenos más sentimentales, hay que volver a pensar en la maldición que ha condenado a los Sohma por generaciones. Esta rara condición que aqueja a algunos de los integrantes de este clan ha sido la fuente de mucho dolor y sufrimiento, tanto en el pasado como ahora. Es claro que el dolor de la maldición no es algo que puede ser ignorado simplemente. Cada persona poseída por un zodiaco vive con lo miserable de ese destino, lo peor de ello es cargar con el estigma de ser anormal, un monstruo, si lo prefieren. Es un estigma duro y supone una carga psicológica enorme. Y es por ello que poseen una “salida”, el espíritu del gato.

No hay que negar que era algo de suponer, y quizás no nos guste, pero el hecho de que el gato sea excluido es más una necesidad que una tradición. Podemos ver como algo cruel que Shigure puntualice el deber del gato, de Kyo, dentro del zodiaco. Pero no podemos decir que sea un error, bien dicen que la verdad no peca pero incomoda. Para soportar la carga mental, los zodiacos necesitan un desahogo. Es triste que ese papel deba ser desempeñado por el gato pero es algo que alguien debía hacer. Es un trato implícito, no incluye verdadero odio o recelo, es simplemente una necesidad de alivio.

Pero bueno, dejando de lado el terrible papel al que el gato es sometido, podemos hablar de la ruptura de la maldición ahora. Con la confesión de Kureno realmente no sacamos nada en claro, la ruptura de Momiji no es diferente. Sin embargo las palabras de Shigure sirven como una mejor explicación a todo esto. La maldición ya está débil, han pasado años, quizás siglos, desde que todo inicio. En este punto es lógico pensar que los lazos se han debilitado. Tal como anuncia Shigure, la ruptura de la maldición es cuestión de tiempo, no hay lazo que pueda resistir con integridad el paso del tiempo. Quizás esta explicación por sí misma no es satisfactoria pero es lo que tenemos. Cuando ocurra la verdadera ruptura de la maldición hablare a más detalle de esto.

La soledad y los sentimientos de Tohru

Ahora sí, pasemos a la estrella de este episodio, Tohru. Ella tuvo todo un carrusel emocional durante todo este capítulo. Lo primero que debemos hacer es reconocer la fragilidad emocional de nuestra heroína. Hasta ahora Tohru ha sido un modelo de heroína perfecta, siempre sonriente y dispuesta a ayudar al otro, pero ella es mucho más que una Mary Sue cualquiera. Ella es un personaje muy bien construido, que oculta toda su ansiedad y soledad con amabilidad. Esto no quiere decir que ella no sea amable en realidad, porque de hecho lo es, lo que implica es que ella antepone esa versión de sí misma para no mostrar sus defectos. La razón de esto salió a flote en esta ocasión, ella carga con un severo miedo al abandono. Que ella tenga la fatalidad de sentirse necesitada por otros no es gratuito.

Para poder entender los temores y sentimientos de Tohru es necesario remitirnos a su pasado. Cuando era niña perdió a su padre y su madre se dejó llevar por la miseria olvidándose de ella completamente. Esto por si solo ya fue un gran detonante para que Tohru experimentara y temiera al abandono, pero hay que sumarle algunos comentarios perniciosos. Aunque era pequeña, pudo entender la malicia de los comentarios dichos por familiares de su padre, el no parecerse a él fue otra cosa que consiguió dañarla. La razón fue que, ya que no se parecía a su padre no podría darle consuelo a su madre y hacer que se interesara en ella.

Sin realmente pensarlo, Tohru se resintió con su padre, que al irse se estaba llevando a su madre. Pero con todo ello, se aferró a lo que tenía, y es así como continúo persiguiendo el recuerdo de ese hombre que tanto amo a su madre y a ella, pues al menos podía ser parecida a él en los hábitos. Aunque esto no le dio ningún consuelo en realidad, pues solo estaba presionándose a sí misma para ser lo que su madre quería de ella, o lo que ella creía que quería al menos.

Entre su miedo al abandono y su soledad, que se encargó de ocultar a todos, Tohru al fin encontró algo que le es valioso. De hecho no es un algo, sino un alguien, alguien que es irremplazable para ella. Pero esto atenta contra su propia promesa, ya que no se siente capaz de volcar su amor hacia más de una persona. Para Tohru su madre lo fue todo, perderla fue un duro golpe para el que definitivamente no estaba preparada. Como suele ocurrir ante una muerte tan repentina, el proceso de duelo es complicado y las memorias se vuelven lejanas. Para no olvidarse nunca de su madre, que fue su todo, Tohru se prometió siempre tenerla en primer lugar en su corazón. Pero esa es una promesa difícil de seguir, sobre todo si tenemos en cuenta que la vida sigue adelante.

El corazón no puede huir de aquello que siente, eso le ocurrió a Tohru. Por más que lucho por mantener la tapa cerrada, al final el sentimiento se filtró y ya no se puede detener. Su confesión a Rin, aunque fue egoístamente interrumpida por Kagura, marca un punto de no retorno en sus sentimientos. Pues confesarse en voz alta, incluso ante ella, que Kyo es lo más importante, es su mayor punto de inflexión. Claro que este es tan solo el primer paso, hace falta más coraje para dar el paso decisivo. Pero eso no es tan lejano, ya que Kyo ha demostrado ser alguien digno de ese preciado sentimiento. Pues su preocupación por ella y su aceptación hacia sus defectos son cosas que Tohru necesita más que cualquier cosa en este momento.

“No te lo perdonare”

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Aunque Kyo tiene bastante tiempo de haber aceptado su amor por la castaña, aún tiene cosas con las que lidiar. No es que Kyo tema ir más lejos por el tema de su futuro encierro, incluso por ser el gato, el temor de Kyo radica en algo más. Ese algo está relacionado con Kyoko, la madre de Tohru, y en el final del capítulo nos lo retrataron de la forma más tétrica que se les ocurrió. El impacto del cuerpo de Kyoko ensangrentada mientras repite esta curiosa frase, que ya habíamos escuchado antes, cuando Kyo reconoce su amor por Tohru, nos sumerge en la zozobra. A partir de este punto si quisiera relatar más serian spoilers muy fuertes, así que esperaremos para la siguiente reseña.

Detalles

Similar a la reseña anterior, mencionare algunas cosas que no voy a desarrollar pero es bueno tener a consideración:

Antes que nada hay que aclarar que finalmente tenemos un número real con respecto a cuántos episodios tendrá esta temporada final, la respuesta es trece. En ese sentido podemos entender porque le han metido nitro a esta parte de la adaptación.
El capítulo anterior les mencione que hubo un salpicadero de momentos de varios capítulos del manga, pues esta semana no es tan diferente. Lo que vimos adapto los capítulos 107, 108, 109 y 114. Así es, después de haber llegado al 116 e incluso al 128 la semana pasada, hemos vuelto a la cronología posterior a la reconciliación de Haru y Rin. Cabe señalar que aunque se intentó conservar en lo posible el hilo argumental, claramente se sintió muy rápido todo lo que ocurrió en este episodio. Además que por cuestiones de secuencia, se dejaron fuera muchas escenas de estos cuatro capítulos del manga. Pero eso no significa que fue un mal resultado, evidentemente pudo ser mejor pero aun con todo, la adaptación fue lo suficientemente emotiva para compensar sus propias fallas.
Ya lo dije antes pero la intervención de Kagura, cuando Tohru está confesándose ante Rin, es algo completamente egoísta. Acepto que Kagura tenía razón en que los sentimientos deben confesarse a la persona en cuestión, pero no es a ella a quien le competía decírselo. En todo caso ese era trabajo de Rin, a quien Tohru verdaderamente ve como una amiga.
No es una queja, pero si una advertencia, teniendo en cuenta la cantidad de episodios que tendrá el anime y la cantidad de capítulos que aún quedan por adaptar es casi seguro asumir que habrá muchas cosas que serán dejadas fuera. Y estimo que el incómodo momento en que Yuki siente que está interrumpiendo el tiempo de su mamá con su novio será uno de esos momentos que ya no veremos. Que hay que saber, es lo que debería venir después de este episodio, pero viendo el final que le dieron eso ya no será posible.
El siguiente episodio debe dar una explicación a tan fuerte reacción de Kyo, pues ese “ya recuerdo”, nos ha llevado a suponer que no se tomaron en serio el mayor trauma de este chico. Y eso sí sería un completo insulto para los lectores del manga.

Comentario final

Fruits Basket Final capítulo seis ha sido un episodio lleno de emociones. Descubrir la vulnerabilidad de Tohru, así como sus verdaderos sentimientos ha sido una delicia. Comprobar que Kyo, puede y es un apoyo emocional enorme para Tohru fue lo mejor de la semana. En general el episodio nos hizo llorar del sentimiento y la emoción, pero ese final seguro que logro dejar helado a más de uno. Finalmente el verdadero trauma de Kyo es expuesto y ahora solo resta que nos den más contexto al respecto. Evidentemente ya estamos en la verdadera recta final y que esto cada vez es menos y menos un Shōjo cualquiera.

Es verdad que hay un cambio muy abrupto en la cronología de los hechos. Este capítulo va de cero a cien, pudo haberse tomado más tiempo, sin embargo nada de lo que ocurrió desentona con la historia. Tenemos un episodio dedicado a Tohru y Kyo, especialmente a ella, lleva un tiempo en un devenir de sentimientos y en este ha alcanzado el clímax pero no su conclusión. Después tenemos a Kyo, que ha mantenido una idea de no aceptar el amor de ella aun cuando puede verlo, tampoco quiere transmitir el suyo, pero hay cosas que no puede ignorar como es la soledad de ella, pero cuando está dispuesto a dar un paso adelante… Un tétrico recordatorio le hace dar dos hacia atrás. Podemos concluir que la tensión de querer avanzar sin logran hacerlo es perfectamente retratada, al punto en que es doloroso.

En fin, estas han sido mis impresiones de este capítulo, díganme: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Les convencen los cambios que ha dado esta adaptación? ¿Cómo superas el miedo al abandono? ¿Es posible que el amor verdadero se sobreponga a la culpa, el miedo y el dolor? El siguiente episodio damos inicio a un auténtico clímax, la locura de Akito está por alcanzar su máxima.