Reseñas
[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Fruits Basket 2 capítulos siete y ocho contiene spoilers. Si aún no has visto los episodios, te recomiendo que vayas a checarlos y después regreses a leer la reseña.’]
“¡Comencemos el concurso de partir la sandía!”
Fruits Basket 2 capítulos siete inicia con un monologo de Yuki tras su encuentro con Akito. Antes de regresar a ello vemos que Hiro recibe la noticia de que pronto tendrá una hermanita, esto crea una conversación sobre los padres. Tooru se pregunta si no ha sido insensible con los demás sobre este tema, pero una charla con Kyou le ayuda a quitar esa idea. La llegada de Akito a la villa hace que todos deban ir a saludarlo, Tooru se preocupa por Yuki y el resto, así que sale a esperarlos. En la playa se encuentra a Yuki y sostienen una plática con él. Tras el encuentro con Akito Yuki decide enfrentar sus sentimientos, aunque esto solo es el inicio, aún tiene mucho por asimilar pero sus sentimientos por Tooru son más claros ahora que los ha reconocido.
“Es que, es verdad”
Fruits Basket 2 capítulo ocho inicia con una charla entre Isuzu y Kaguya, los planes de Isuzu la dirigen hacia la villa de la playa. Por otro lado, Tooru no puede dejar de preocuparse por la plática que tuvo con Yuki. La incertidumbre aumenta pues todos deben seguir asistiendo a la villa a ver a Akito, lo que provoca que Tooru deba permanecer sola con Kyou. La preocupación de Tooru hace que Yuki le insista en que está bien y ella decide confiar en él. Al día siguiente Akito sale de paseo y ve a Tooru y Kyou divirtiéndose en la playa, ellos sostienen una plática sobre el nahual del gato y esto deja a Tooru reflexionando sobre la carga de Kyou. En medio de sus reflexiones pierde una sábana y al buscarla se encuentra con Rin, pero pronto Yuki llega para mediar el encuentro.
Finalmente, Akito exige ver a Kyou, una tormenta se acerca.
El papel de los padres
Las reflexiones en esta serie no paran y en estos capítulos pudimos ver la pequeña tormenta que creció en Tooru a raíz de las palabras de Hiro. Aunque es cierto que ella carga con sus propios complejos respecto a su madre, también lo es que no puede evitar preocuparse por otros y al verse tan insensible respecto a las relaciones familiares de los Souma, no puede dejar de darle vueltas y evadir las cosas de forma un tanto torpe. Después de notar que los zodiacos albergan relaciones conflictivas con sus padres, Tooru cae en el error de pensarse como alguien insensible. Ya que sin contemplar sus circunstancias ella no deja de hablar de su madre y lo buena que siempre fue, algo que parece no tienen los Souma.
De esto, solo dos se dieron cuenta al respecto, Hiro, ya que fue quien hizo el comentario en primer lugar y Kyou, quien sigue muy atento a los cambios de Tooru. Será Kyou quien ponga en perspectiva a Tooru respecto a este tema. Si bien es cierto que casi todos los zodiacos no poseen verdaderos vínculos afectivos con sus padres, eso no significa que ella deba caminar sobre “cascaras de huevo” respecto a este tema. Algo que Tooru ha hecho por ellos es brindarles un refugio, esto es algo que Kyou le reconoce y la alienta a no perderse a sí misma en pos de esto, pues sus sentimientos importan tanto como los del resto.
Ella es la que ha tenido una figura materna más marcada y es justo eso lo que la hace ser quien es. No hay necesidad que reprima esa parte de sí misma, pues esa parte de ella es una razón del porque los demás pueden acudir en busca de su calidez. Este es un punto muy esencial para el desarrollo de personajes, pues Tooru tiene una sombra maternal muy marcada y eso será primordial para el crecimiento de dos personajes.
Mover las aguas
Entonces, un poco aparte del tema de los padres, tenemos la situación de Akito y el peso que tiene en los zodiacos.
Que Akito decidiera viajar a la villa fue un mero capricho instigado por las palabras de Shigure. Para los zodiacos la existencia de Akito es muchas cosas, en su mayoría se relaciona con miedo y odio. La influencia que tiene en los zodiacos no es poca, como cabeza del clan Souma se muestra autoritario pero su conexión va más allá de solo eso. Además de su influencia en los zodiacos, también está el tema de su propia personalidad. Lo que hemos visto es que es alguien egocéntrico, caprichoso, soberbio y sumamente orgulloso. Akito figura como alguien sumergido en una miseria que no podrá estar tranquilo a menos que vea a otros en la misma situación. Hasta aquí podemos observar a un personaje sin virtudes, difícilmente podremos empatizar con él.
Pero Akito no es el peor de los males, sino aquel que mueve los hilos por detrás. Shigure no deja de ser un personaje lleno de misterio, no podemos saber si es bueno o malo, y la razón de ello es porque no conocemos sus objetivos. Lo único que tenemos claro es que está jugando un papel peligroso al mover las piezas de su tablero para crear olas en las tranquilas aguas de las relaciones que los zodiacos han formado con Tooru. Desde antes ya podíamos ver un lado obscuro en Shigure, no es el tonto que finge ser, sus planes son más profundos y sinuosos de lo que aparentan. Con toda intensidad él está buscando alterar la paz aparente en la que están sumergidos todos, aquello que anhela está al otro lado de esa paz.
La tapa que Yuki levanto
El final del capítulo siete nos puede parecer estremecedor, y sin duda lo es, es un momento de crecimiento tan especial que se vuelve desgarrador. El príncipe Yuki, ese ser perfecto que aparenta ser, ha decidido dar un paso adelante y comenzar a aceptarse. Ha decidido enfrentar sus sentimientos por muy vergonzosos que estos sean, sin embargo ha llegado a esta conclusión porque puede volver a creer, ya que hay alguien que lo alentara con ternura en esta campaña de crecimiento.
Han pasado 32 episodios desde que inició este remake y por primera vez puedo decir que genuinamente sentí cariño por Yuki. Quizás porque este es el momento que enmarca su evolución, por primera vez vislumbre al verdadero Yuki y lo encontré terriblemente vulnerable. Esto no significa que antes no viera su debilidad, simplemente no alcanzaba a tocar su verdadera naturaleza. Pero este episodio nos brindó al verdadero Yuki en toda su infinita fragilidad, cual niño en busca de consuelo en los brazos de su madre.
Hacerle frente a sus sentimientos ha tenido un efecto calmante en Yuki. Ahora que ha dejado de escapar es capaz de ver con mejor perspectiva su alrededor, es justo decir que el crecimiento de Yuki solo puede ir en aumento desde ahora. Aunque claro hay mucho en lo que todavía necesita trabajar, pues él mismo es consiente que es un poco tarde para empezar ciertas cosas. Mientras tanto a nosotros solo nos queda seguir velando por su crecimiento. Como dije, este se verá afectado por más situaciones y personas que entren en su vida. Pero ahora que ha podido lidiar con su sentir, está listo para recibir estas nuevas experiencias. Cuando ese momento llegue, ese será el instante en que yo lo comenzare a apreciar verdaderamente como personaje, pues finalmente podrá liberarse de la máscara que se ha impuesto.
Los detalles de la narración
El arco de la playa es un momento de suma importancia en esta historia. Está lleno de momentos de inflexión para la trama y por tanto es muy importante prestar atención a los detalles, porque no solo las escenas cumbres son un eje de atención para entender los grandes cambios que vendrán. Los diálogos sueltos y las expresiones son esenciales para captar todo el peso real de lo que está ocurriendo. En ese sentido puedo decir que la calidad de narración ha sido muy prolija para capturar los detalles. Han sabido hilar muy bien los hechos futuros con el presente y no se olvidad del pasado, le otorgan su respectiva carga.
Todo esto es solo para hacer una pequeña invitación a prestar atención a los diálogos que parecen no decir nada pero guardan un gran peso. Sin ir muy lejos les dejo el ejemplo de la conversación de Rin y Kagura. En apenas unas frases nos hacen una fuerte revelación acerca del futuro de los sentimientos de Kagura y como esta los enfrentara. De igual forma vemos la conversación de Akito y Haru. Nos hace remontarnos a cuando conocimos a este personaje y el trauma que tenía y que Yuki aparto. Demostrando con esto que el crecimiento de los personajes no es gratuito, y no se olvida.
Comentario final
Fruits Basket 2 capítulos siete y ocho han sido episodios muy fuertes en cuanto a crecimiento emocional. En este punto podemos decir que hemos sido testigos de un gran avance en Yuki pero no solo en él. Aunque un poco en retroceso también hemos podido contemplar el abismo al que Tooru sigue sin poder observar, pero el hecho de poder reconocer esto es por sí mismo un avance. Otro paso adelante que me fascina es la relación de Kyou con Tooru. Con paso firme y seguro, Kyou continua posicionándose como el caballero de armadura dorada que ayuda a Tooru cuando esta va en declive. En cada gesto y acción nos demuestra que genuinamente él ve a Honda Tooru y busca apreciar todo su ser, defectos incluidos, y no permite que ni siquiera ella misma desvalorice sus sentimientos. Sin duda Kyou se gana mi corazón en cada ocasión.
En fin, esta han sido mi impresión de estos capítulos, díganme: ¿Qué les han parecido estos episodios? ¿Cuál es su opinión del destape de corazón que Yuki ha experimentado? Ahora que Akito ha mandado a llamar a Kyou ¿creen que verdaderamente se avecine una tormenta? ¿Será que todo va de acuerdo al plan de Shigure? Lo que se viene para el capítulo nueve es una de las escenas que más he esperado ver animada por años. Tengo un hype muy grande por lo que ocurrirá, y solo les puedo decir que mi fangirlismo me ganara terriblemente en la siguiente reseña.