Reseñas
[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Banana Fish capítulo veintidós contiene spoilers. Si aún no has visto el capítulo, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.’]
#22 As I Lay Dying
Siguiendo las órdenes del coronel Foxx, Ash no tiene más remedio que observar cómo se llevan a sus compañeros. Foxx se toma su tiempo para “persuadir” a Ash de pasarse a su bando. Cuando la oportunidad llega, Ash inicia su escape, Eiji, Sing, Jessica y Cain, lo respaldan desde afuera del edificio. Una vez reunidos todos, comienzan a ingeniar un plan para rescatar a los que se llevaron. Yut Lung comienza a revelar la naturaleza de sus planes. Por su parte Max debe soportar el interrogatorio de Foxx. Pero Ash y compañía no pierden el tiempo y resguardan su carta de triunfo. Los escorpiones de Yut Lung dan inicio a su movimiento, aunque esto le cuesta la compañía de Blanca. Ash le pide a Eiji que tome distancia de lo que está por pasar, él acepta pero a cambio quiere que este regrese a Japón junto a él.
Ash acepta y para ello le pide que le enseñe japonés. Mientras estudian, los hombres de Yut Lung aparecen y disparan a Eiji. La furia se apodera de Ash y asesina a los responsables. Ash vuelve solo para presenciar como Eiji pierde la conciencia.
Cazando al lince de New York
Una vez más ha quedado demostrado que todo aquel que va tras el lince de New York no posee escrúpulos. El coronel Foxx queda asentado como uno de los personajes más despreciables de esta serie, para mí al menos. Pero dejando un poco de lado mí odio, si es que es posible, he de confesar que me pareció un personaje bastante perspicaz. En una serie donde la mayoría de sus personajes, por no decir todos, son “avispados”, parecería que uno más no podría destacar sobre el resto. Sin embargo, Foxx lo consigue. ¿Saben de qué manera? A través de la crueldad. Porque el coronel no es un perspicaz noble, es uno cruel. Sabe apuntar hacia las debilidades y aprovecharlas. Entiende sobremanera la naturaleza de sus adversarios, y hasta de sus aliados. Por esa razón supo cómo lastimaría más a Ash, no era con golpes o tortura, sino con una violación.
Este despreciable sujeto pudo ver a través del trauma de Ash, por ser un juguete sexual de Golzine, y lo uso. Pero aun con todo, el espíritu de nuestro rubio no se quebró. Siguió peleando y resistiéndose, eso es algo digno de admirar. Al final la analogía de Foxx no es tan descabellada: “Eres como un leopardo. Un demonio salvaje de los bosques al que más temen los habitantes de la jungla. Pero es elegante y hermoso.” Tal y como la analogía retrata, Ash demostró ser todo, menos manso, no es Foxx ante quien se va a doblegar. Por muy ruin que haya sido la estrategia del coronel, al final solo demostró, que como muchos antes de él, ha subestimado a Ash. De otra manera nunca le habría dado la oportunidad de escapar. Ahora a este coronel solo le queda seguir hurgando en los planes de Golzine por su cuenta.
El mayor consuelo
Tengo mucho y poco que decir acerca de esta escena, el título ya les anuncia de cual hablo: el abrazo de Eiji a Ash. Sinceramente para mi esta fue una de las escenas más conmovedoras de todo el anime. Las razones son simples, es una escena fuerte pero al mismo tiempo sumamente sencilla. No pronuncia ni una sola palabra pero transmite todo. Realmente no hay desperdicio en esa toma. Ash está mal, acaba de pasar por una experiencia que reaviva sus traumas. ¿Qué hace Eiji? Lo único que Lynx necesitaba en ese momento, lo tomo en sus brazos sin pronunciar palabra. Porque no había necesidad de eso, todo estaba claro. Decir cualquier cosa estaba de más, ese silencio que acompaña al abrazo es lo que hace de MAPPA una gran casa productora. Supo conservar el sentimiento, sin la necesidad de forzarlo con sountracks o cualquier línea innecesaria.
Es muy posible que otra de las razones por las que tanto me gusto esta escena, es porque retrata muy bien la personalidad de Eiji. Porque él es una persona sumamente comprensiva y empática. Era obvio que no haría nada que abriera la herida de Ash. Preguntar o consolar con palabras, son cosas que Ei-chan nunca haría. En cambio, acompañar en silencio, eso es algo que encaja perfectamente con su persona. Incluso el acto de tomarlo en sus brazos encaja a la perfección con su personalidad. Porque esa es su forma de transmitir su preocupación, su apoyo, su calor y su ternura. Creo que esta escena se volvió aún mejor tras ver la plática de Ash con Jessica. Superar, e incluso hablar, de una violación no es cosa fácil. Pero para Aslan siempre ha sido un asunto de sobrevivencia, no podía dejarse caer.
Los que tienen el poder
Ser jefe de pandilla no es asunto sencillo, eso lo tiene claro todo aquel que ha sentido ese peso sobre sus hombros. Sing, es apenas dos años más joven que Ash y ya hay demasiadas expectativas puestas sobre él. No importa cuánto quiera llenarlas, parece cada vez más difícil hacerlo. No porque sea débil, al contrario ha demostrado mucha fortaleza, es más bien un problema con su propia confianza. ¿Pero quién podría culparlo? Desde que se convirtió en líder de los chinos ha estado bajo la sombra de Shorter, y seamos sinceros es una posición muy difícil de llenar. Pero sus conflictos no acaban ahí, pues él mismo se ha estado comparando con Ash, sin resultados favorables para él. Pero todo esto no importaría tanto si no existieran aquellos que tienen sus expectativas puestas en él. Tenemos a Lao, cuyo mayor deseo es que Sing no se doblegue ante nadie.
No puedo negar que el sentimiento de Lao es muy loable, solo quiere lo mejor para su hermano. Sin embargo, no por ello deja de ser un razonamiento egoísta. Me parece que nunca se ha detenido a pensar si sus deseos se corresponden con los de Sing. Bueno, no nos vayamos tan lejos, al menos detenerse a pensar si sus acciones las aprobaría el joven líder. Confabular con el menor de los Lee, definitivamente no es una acción que Sing respaldaría. Por tantas y más razones, ser líder es complicado, tanto, que renunciar al cargo se antoja bastante. “– ¿Alguna vez te has arrepentido de ser un jefe? – Todo este tiempo.” Ser jefe es un cargo que todos desean, pero muy pocos pueden con el poder. Lo que viene después, podría ser solo un camino de arrepentimientos, pero no es como si hubiese habido otra opción en primer lugar.
El deseo de Yut Lung
Quizá sería más apropiado decir “los delirios de Yut Lung”, pues a primera vista pareciera que cada vez está más delirante. No puedo culpar a nadie si es que lo llega a ver de ese modo. Sin embargo, a mi vista lo que Yut Lung hace es, en efecto, a razón de sus deseos. Unos deseos tan obsesivos y egoístas como solamente él podría imaginarlos. Para Youssis el motivo de su vida siempre fue la venganza. Acabar con los Lee y así vengar la muerte de su madre, eso era lo único en su mente. Pero el destino y las causalidades lo llevaron por otro rumbo, ahí se topó con Ash Lynx. En este, encontró a un igual, o por lo menos así lo visualizo. Lo cierto es que Yut Lung nunca se preocupó por saber del verdadero Ash Lynx, solo le importo lo que supo de su pasado.
Youssis idealizo en su mente la imagen que quiso ver de Ash y en base a ella se reflejó en él. “¿Por qué odias tanto a Okumura Eiji?” La mejor pregunta que Blanca podría hacerle. La respuesta no tiene impacto, pues es lo que he tratado de desarrollar siempre que hablo de Yut Lung y Eiji. Se trata de un sentimiento de repulsión, Youssis no puede lidiar con lo que sea que Eiji haya hecho por Ash. Pues esto a sus ojos ha sido algo equiparable a una traición, Ash no puede alcanzar la libertad ni la paz, no si él no puede hacerlo. No es justo que el rubio alcance la felicidad, mientras que él está condenado al abismo. No hay manera en que pueda perdonar a Eiji por brindarle la paz al único monstruo que podría haberlo entendido.
“Sa-yo-na-ra”
No quería, no quiero, escribir sobre esta escena. Es difícil, es duro y sumamente complicado expresar todo lo que esta escena me dejo. Empezando por la petición de Eiji y el cómo acabo todo aquello, debo decir que este anime siempre encuentra la forma de acabar con mi estabilidad emocional. Desde el momento en que Eiji repitió su petición de que Ash lo acompañe a Japón, algo me decía que todo acabaría mal. Pero eso no le resta emoción a esta petición, casi suplica de Ei-chan. Por primera vez le vimos expresar abiertamente su deseo de querer proteger a Ash. No sabe cómo cuidarlo, lo único que se le ocurre es sacarlo de ahí. Si se lo lleva con él, lejos de New York, quizá esos fantasmas del pasado nunca los alcancen. Un pensamiento algo simplista y muy inocente, pero extremadamente encantador. Ante esto Ash no puede más que aceptar.
Por un momento lo imaginaron, fue real en sus mentes. Tuvieron su momento de paz en el que Eiji le enseño algo de japonés. Al enseñarle los saludos básicos no podían saltarse las despedidas. “Sa-yo-na-ra”, eso fue lo último que Ash le dijo a Eiji antes de que este recibiera un disparo en su lugar. Esa no era la intención, pero estas se volvieron unas verdaderas, y muy crueles, palabras de despedida. Lo que se siguió de esto fue aturdidor. La furia que despertaron en Lynx no fue pequeña. Como un implacable demonio, persiguió y asesino a los perpetradores del ataque. Nadie pudo, ni podía, meterse en su camino. Pero una vez completado el castigo, solo quedo el dolor. Regresar para comprobar que Eiji seguía ahí, herido y tendido en el suelo, únicamente preocupándose porque Ash estuviera bien. Los gritos de Ash, llamando a Eiji aún resuenan en mi cabeza.
Mientras agonizo
As I Lay Daying es una novela escrita por William Faulkner. Según las propias palabras del autor, esta novela fue culminada en “seis frenéticas semanas”. La historia está contada en voz de 15 diferentes narradores a través de 59 capítulos. La historia va de la muerte de Addie Bundren, esposa de un humilde granjero de Misisipi, y la búsqueda de la familia, noble o egoísta, que quiere honrar su deseo de ser enterrada con “su gente” en el pueblo New Hope de Jefferson. En el viaje, el niño favorito de Addie, Jewel, salva el cuerpo de su madre de una inundación y de las llamas. Además, se van revelando los pensamientos de cada uno de los Bundrens, incluyendo la inminente locura de Darl. Esta es una novela que muestra a un grupo de personas sometidas a catástrofes naturales universales con una motivación simple que les da dirección a su desarrollo.
Dejando de lado que el solo título ya nos deja con una idea muy clara de lo deprimente que es este episodio. Me gusta imaginar que el título corresponde a esta novela por su representación del destino. El mundo no es un lugar idílico, sino por el contrario, es una vía de obstáculos que terminará por acabar con el hombre, mientras este camina esperanzado o empecinado hacia su propio destino, sin sospechar que en él acecha también su fin. Parece que entre más se empeñe uno es hacer planes, la vida más ganas tiene de ponerte el pie. Justo como lo vemos con el final de este capítulo de Banana Fish.
Comentario final
Ha sido todo un reto personal escribir esta reseña, primero por la depresión que me dejo el capítulo y después por no repetirla mientras escribía. Este capítulo será recordado como uno de los más trágicos, sobre todo para aquellos que amamos a Eiji. Verlo recibir un disparo, en ningún universo posible, es sencillo o fácil de digerir. La adrenalina que se apodero de Ash mientras seguía al perpetrador que escapo se sintió casi personal, en mi caso. Ver a Ash convertido en un demonio por Eiji fue algo que todos sabíamos ocurriría tarde o temprano. Pero al final, adrenalina es adrenalina, esta se agota. El bajón de tensión se sintió a través de la pantalla, la debilidad y la impotencia de Ash fue palpable. Pero lo mejor de todo fue comprobar que Eiji es lo más puro que hay sobre esta tierra. Sin importar su herida, él solo pensaba en lo aliviado que estaba porque nada le haya ocurrido a Ash.
Me deje ir con esto, pero deben entender que esta escena me calo hondo a un nivel muy personal. En fin, esto ya debe quedarse así, el siguiente es el penúltimo episodio, el final es inminente. Pero ¿Qué tal les ha parecido este episodio a ustedes? ¿Soy la única que quiso recibir esa bala en lugar de My Sunshine? ¿Cuántos más MAPPA, cuantos más?