Reseña | Jibaku Shōnen Hanako-kun 地縛少年花子くん

[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Jibaku Shōnen Hanako-kun puede contener spoilers. Si aún no has visto la serie, te recomiendo que vayas a checarla y después regreses a leer la reseña.’]

Jibaku Shōnen Hanako-kun es una serie adaptada del manga homónimo escrito e ilustrado por Aida Iro. Este anime fue enlistado bajo los géneros de Comedia, Escolar y Sobrenatural, además cuenta con la nada despreciable, aunque al final un tanto carente, cantidad de doce episodios y está firmada bajo la producción de estudio Lerche. Los propios géneros nos pueden dar una idea del contenido de esta historia, sobre todo si los relacionamos con el título de la misma, aunque puede haber un par de sorpresas en esto.

La historia de este anime no destaca con una premisa original, ya mucho hemos oído y visto de los siete misterios escolares, pero el hecho de que no sea una premisa original no le resta originalidad al resto del argumento, el que por cierto gusta de envolvernos en el misterio y al mismo tiempo nos permite relajarnos al burlarnos de los pequeños detalles, porque no todo es obscuridad, esta es la clase de historia que puede llevarte de la risa, a lo emocional, de lo tranquilo a lo tenebroso, todo a través de su cuidado con el ambiente y su precisión en el detalle.

¿De qué trata Jibaku Shōnen Hanako-kun?

«Hanako-san, Hanako-san… ¿estás ahí?»

En la Academia Kamome, abundan los rumores sobre los llamados Siete Misterios de la escuela, uno de los cuales es Hanako-san, se dice que si utilizas el tercer puesto del baño de mujeres del tercer piso en el viejo edificio de la escuela, Hanako-san te concederá cualquier deseo una vez la invoques. Nene Yashiro, una chica de preparatoria y estudiante de la Academia amante del ocultismo, se aventura a este baño encantado… ¡pero el Hanako-san que todos creían no tiene nada que ver con lo que imaginaba! ¡Resulta que Hanako-san de la Academia Kamome… es un niño!

Este fatídico encuentro entre Hanako-kun y Nene es el inicio de nuestra historia. La cual sigue su curso cuando Nene ingiere una escama de sirena y para recuperar su humanidad hace un pacto con Hanako-kun, ahora ambos están atados por un vínculo maldito y ella se ha convertido en la asistente de este curioso fantasma del baño. El deber de Hanako-kun es mantener vigilados a los misterios escolares y asegurarse de que el equilibrio entre ambos mundos, el real y el espiritual, se mantenga, por lo que hará que Yashiro le ayude cuando el equilibrio se vea amenazado de alguna manera.

Lo bueno: la línea entre lo infantil y lo obscuro

Jibaku Shōnen Hanako-kun cuenta con dos grandes puntos a su favor, la construcción del argumento y el apartado artístico.

Iniciemos hablando del argumento, cabe resaltar que la premisa resulta muy típica del género. Hablamos de una situación en que humanos y youkais se relacionan entre ellos mientras los primeros deben resolver algunos problemas ocasionados por los segundos, pero la gran diferencia inicia con el giro obscuro que se le inyecta a este anime. De esto nos percatamos a partir de la naturaleza de Hanako-kun, un jibakurei, termino aplicado para fantasmas atados a un lugar físico, generalmente relacionado a su violenta muerte. Sumado a esto tenemos la curiosa relación entre el mundo espectral y el real, donde apreciamos que cada uno influencia fuertemente en el otro, pues cada misterio está atado a los rumores que se propaguen de ellos y en consecuencia deben actuar según lo dicte su rumor, delegando así las malas acciones de los espíritus a la irresponsable circulación de información de los humanos.

El segundo mayor atractivo, quizás el principal si lo prefieren, es el apartado artístico. El diseño de personajes sigue a su original con características aniñadas y rasgos simples que tienden a contrastar con el diseño de los youkais, que son retratados como montruos mas amenazantes. A continuación, lo siguiente que resalta es la paleta de color empleada. Donde vemos que predominan colores obscuros como morado, verde, marrón, azul, negro, rojo, etc. Esto sin duda contribuye a construir un ambiente sombrío e inquietante, todo sin sacrificar los tonos cromáticos, dejando un visual muy bello y cuidado. La estética de los oleos de fondo, y el uso de trazos de pincel de distintos grosores para delinear a los personajes, hacen de este anime un placer visual como pocos. Es como encontrarnos en un devenir entre una historia de terror y una linda historia de cuento de hadas.

Lo malo: muchas incógnitas, pocas respuestas

No creo poder encontrar grandes cosas que criticar en esta historia, quizás la mayor crítica que le haría es la carencia de algunas respuestas. Pero no puedo acabar de justificar esto ya que la duración del anime no permitía ahondar más. Además de que el manga continua en emisión y este aun nos debe bastantes respuestas también. Ciertamente son razones suficientes para justificar la obvia falta de información, pero eso no quita que se siente fuertemente esta carencia de respuestas, el final de temporada solo sirve para dejar en claro que hay mucho por aclarar aun pero eso ya no será dentro del anime.

Aparentemente si queremos respuestas deberemos ir al manga, porque a día de hoy continúan sin anunciar alguna continuación para este anime. Entonces, mi único gran reclamo es acerca de las expectativas que te crea y no consigue llenar. La historia sin duda tiene muchísimo potencial para continuar pero el anime se queda corto en ese sentido. Además que al animar el manga se saltaron algunos detalles y arcos, que considero eran importantes y necesarios para no quedar tan expectantes por respuestas que nunca nos ofrecieron.

Comentario final

Jibaku Shōnen Hanako-kun es un anime visualmente delicioso, es muy placentero detenerse en el detalle de la animación, el diseño de personajes y escenarios. Además la historia que nos cuenta es bastante entretenida, cuenta con su dosis de humor, romance, escalofríos y sentimentalismo. Y sumado a lo anterior, tambien resulta curioso entretenerse en las pequeñas grandes referencias a la cultura nipona. Por ejemplo el nombre de la academia donde nuestra historia se desarrolla, la cual es una referencia a la canción infantil Kamome kamome que, según la interpretación, alude a un preso que teme a la pena de muerte o a una chiquilla que ha sido vendida a un burdel.

Continuando con la costumbre, y para cerrar con esto, solo resta otorgarle una nota, pues bien, para mí este anime es un 94/100. Cuenta con elementos que la hacen única e irresistible para ver y hasta analizar, sin embargo es triste que dure tan poco, pero ni hablar a los que nos enamoramos de esta historia solo nos queda dirigirnos al manga para continuar nuestro vínculo con Hanako-kun y Nene, al menos hasta que nos alegren con la noticia de una nueva temporada.

En fin, estas han sido mis impresiones sobre este anime, ahora díganme ustedes: ¿Qué les ha parecido esta historia? ¿Cuál es su opinión respecto al apartado artístico? ¿Creen que podemos esperar por una pronta continuación? Y aquellos que aún no lo han visto, los invito encarecidamente a que le den una oportunidad. Porque sin duda esta es una de las joyas que nos dejó la temporada de invierno 2020.