Reseñas
[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Kimetsu no Yaiba capítulo diez contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.’]
Episodio 10: Siempre juntos
El demonio de las flechas es derrotado por Tanjiro, pero antes de perecer lanza sus últimos ataques contra el cazador, quien con mucho esfuerzo consigue repelerlos. Por su parte Nezuko demuestra sus habilidades al combatir contra la demonio de los temari. Pero es Tamayo quien da el golpe de gracia para acabar con esta. Ambos demonios han sido derrotados, sin embargo ninguno era realmente miembro de las doce lunas de Kibutsuji. Con su fachada descubierta, Tamayo y Yushiro deberán moverse a otro sitio, y están dispuestos a llevar a Nezuko con ellos. Aunque no es mala idea, Tanjiro declina la oferta, su deseo es permanecer a lado de su hermana. El viaje de ambos hermanos continua, y su caminar los ha llevado ante una peculiar escena interpretada por Zenitsu.
Fuerza, maldición y empatía
Kimetsu no Yaiba capítulo diez, es un episodio llenos de numerosas emociones. En primer lugar podríamos hablar de la fuerza, tanto la de Tanjiro como la de Nezuko. Él demostró que tiene la fuerza para usar varias técnicas seguidas, aun si en el proceso se agota hasta casi el desmayo. Nezuko por su parte, demostró que su habilidad para fortalecerse a sí misma está por sobre cualquier predicción. El capítulo anterior la vimos perder un pie al patear la temari, sin embargo en este se muestra capaz de, no solo patearla, sino de regresarla con mayor fuerza. Cada vez es más evidente que Nezuko no es como cualquier demonio, ella es especial en muchas maneras. Todavía es un misterio cuanta sangre le fue dada por Kibutsuji, pero se hace claro que no fue una cantidad pequeña. Después de todo, aun sin alimentarse, su fuerza y recuperación son superiores.
Y hablando de Kibutsuji, él es otro que lento pero seguro nos ha ido dando pistas de su naturaleza. En una recolección de escenas propias y lo que otros han dicho sobre él, hemos podido formar una imagen sobre su personalidad. Pero, en definitiva, las acciones de este episodio dejan más claro el tipo de persona que es. Muzan, no es más que un personaje atormentado por la idea de la muerte, su propia muerte. No es un líder, es un jefe, y uno del tipo tiránico. Siempre temeroso: maldijo a sus “seguidores”, les mintió y los uso hasta el final. Justo al final de su vida, lo único que podemos pensar es en lo miserable del destino para el demonio del temari. Era solo una niña, y aun así sufrió el peor final por seguir a la persona equivocada. Pese a todo, genera tristeza contemplar el destino que tuvo.
Son humanos
Ya la reseña pasada hablaba de lo peculiar que era que Nezuko protegiera a Tamayo y Yushiro. Pues bien, parece que si era algo que no podía ser pasado por alto, así que se le dio una respuesta. Recordemos que Nezuko está bajo una sugestión que le hace proteger a los humanos y atacar a los demonios. Pero a pesar de esta sugestión, ella se muestra protectora con Tamayo y Yushiro, además los ve como su familia. Conociendo la naturaleza de ambos como demonios, es curioso notar el inmediato instinto protector de Nezuko en ellos. Al final todo se explica por la propia capacidad de discernir de Nezuko. Fue su elección verlos a ambos como humanos y no como demonios.
A pesar de que la explicación no me dejo del todo satisfecha, he de admitir que la carga emocional que le dieron a esto fue suficiente para hacerme olvidar. Tamayo es un demonio renegado, no solo por haber repudiado las técnicas de Kibutsuji. Ella destaca como demonio renegado ya que siente todo el peso de su naturaleza no humana. Tanto así, que busca una solución para esta condición de demonio que ella misma llama enfermedad. A pesar de todo, Tamayo también tiene su fibra egoísta, pues pese a que sabe el peso de ser demonio, aun así convirtió a Yushiro. Sin embargo también carga con esa culpa al mismo tiempo. Por lo anterior, Tamayo no puede evitar emocionarse al ser reconocida como “humana”. Hace tiempo que había renunciado a que la traten diferente a un monstruo.
Algo similar ocurre con Yushiro, él renuncio a esa humanidad para servir a Tamayo, pero eso no evita que sienta alegría de ser reconocido como humano. Aunque es posible que esa alegría sea más por su amada Tamayo que por él mismo.
Comentario final
Esta semana, Kimetsu no Yaiba capítulo diez nos demostró que se puede combinar la emoción y la acción sin restar nada. Tuve un momento de pánico al inicio del capítulo, pensar que Tanjiro usaría tantas técnicas seguidas me hizo temer por la calidad de la animación, afortunadamente comprobé que todo siguió tan bien como siempre. Lo único que ahora estoy sufriendo es al pensar que ya he visto todas las técnicas de Tanjiro, o por lo menos las favoritas para pelear. Quizá me estoy adelantando demasiado pero siento que ya pronto debe aparecer alguna técnica secreta de la katana negra.
En otros temas, no sé cuando volvamos a ver a Yushiro pero yo si lo voy a extrañar. Su personalidad obsesa por Tamayo y su actitud pasivo-agresiva, realmente han conquistado mi corazón. Esa línea final que le dieron me dio tanta ternura, finalmente reconoció la belleza de Nezuko y eso me encanto. Actualmente espero que Zenitsu me haga amarlo tanto, o más, que a Yushiro. De entrada puedo decir que las pequeñas apariciones que ha tenido me han gustado, adoro a los personajes cómicos. Su aparición final en este episodio me recordó al monje Miroku versión desesperado, y eso ha conseguido captar mi atención. Realmente estoy esperando mucho de este personaje.
Finalmente, es tiempo de cerrar con esto, no sin antes preguntar: ¿Qué les ha parecido este episodio? Hasta el momento, ¿qué imagen se han formado respecto a Kibutsuji? ¿Creen que la “humanidad” es algo que se pueda discernir, pese a la naturaleza del cuerpo? ¿Qué esperan de la aparición de Zenitsu? Guiándome por el ending, yo quiero ver su crush por Nezuko.