Reseñas
[bloques texto=’La siguiente reseña Given – Capítulo 4 contiene spoiler, si ya viste el capítulo por favor sigue leyendo, sino puedes verlo en cualquiera de las plataformas. Aviso, esta serie es hermosa, atractiva, dramática, con increíble música, muy entretenida… si ya saben a qué me refiero y si, es un Shonen-ai.’]
CAPÍTULO 4 “ADOLESCENTE FLUORESCENTE”
Uenoyama retomara su pasión por tocar la guitarra igual que hace unos años y todo gracias al impulso que ha generado Satou en él. Los celos serán cada vez más visibles entre el cuarteto Haruki, Kaji y los dos jóvenes guitarristas. El pasado de Satou empieza a causar curiosidad en Uenoyama, una nueva oportunidad se abrirá paso con el vocalista recién integrado a la pequeña banda de estos cuatro Rockeros. Satou expandirá sus conocimientos por la música y los instrumentos gracias a su compañero Uenoyama, mientras Kasai bajo sus celos, escuchara algunos rumores del pasado de Satou.
OPINIÓN CAPÍTULO 4
Retomar, volver a darle curso a aquello que se había abandonado o interrumpido, sacar de aquel ático llamado pausa lo que en su momento nos llenó de interés, luego se convirtió en olvidó, pero con ayuda de un impulso, vuelve a tener la importancia que nunca debió dejar de tener. Ritsuka Uenoyama nos da una lección de aquel significado, de que a veces abandonas algo porque quizás ya no tiene la misma energía y vibra que en su tiempo ocasionó en nosotros, aun cuando lo llevamos presente todos los días, como su vieja guitarra y el ánimo de tocar grandes notas en ella. Ahora alguien ha logrado encender su llama artística y revivir el sentido de la música que se creía apagado dentro de él, y quienes lo rodean son los más impactados en notar tan gran cambio, ese que desde un inicio lo convirtió en alguien distinto, alguien que aprecia el buen gusto de la vida.
Algunas cosas que se retoman son buenas, agradables y benefactores, algunas no y al parecer para Haruki Nakayama es difícil ver y quizás aceptar, que Yayoi Uenoyama este de nuevo o aún detrás de Akihiko Kaji, solo que esto tal vez no es lo que parece, es solo alguien que está detrás de un no correspondido y otro algo amable por el tiempo compartido, pero ¿Quién podría explicarle a Haruki que la cercanía de Kaji y Yayoi es solo por Uenoyama? El tiempo, solo el tiempo podrá, porque está será una conexión difícil de romper.
Los celos son tan claros y representativos, hacen parte de nuestra esencia, porque gracias a ellos, descubrimos cuando algo realmente nos agrada y nos interesa. Kasai es el claro ejemplo de la palabra celos, junto con otros personajes de esta serie, pero como podemos decirle a quien no pinta en este cuadro, que personalmente nos hemos encargado de retocar con nuestra inquieta imaginación, dónde armamos los pares y los encerramos en círculos rojos para hacer la aclaración de su importancia y así resaltar que definitivamente los terceros no tienen cabida en todo esto (Ya van dos strikes fuera de base y son chicas… solo se permiten las bolas dentro del campo de juego).
Ver cómo Mafuyu Satou se ha convertido en un punto importante que le da sentido a los días de Uenoyama, nos llena de alegría, pues es aquella persona que hace bien con solo mostrar su presencia y que con su energía le da vida a otros. Ese es el incentivo suficiente para mantenernos inspirados y conectados con esta historia y sus dramáticos día a día. Ahora nuestra atención se centra en aquel espacio tiempo llamado escaleras tras el gimnasio, donde antes era un lugar de descanso y ahora es el centro del universo, ese pedacito de suelo en el que Uenoyama y Satou se reúnen a diario para tocar, hablar de música, de la vida y ¿Para dejar preguntas en el aire? Cómo aquella que estaba en el pensamiento de nuestro alumno guitarrista (¿Quién es la chica que intentaba despertarte? ¿Es tu novia aquella chica? ¿Es importante para ti?), pero que al meditarlo mejor, simplemente pregunto por algo que lo cambiaría todo, pues ahora Satou sabe que existe una composición basada en su tarareo que se cocina a manos de Uenoyama, una canción que se compondrá solo para Satou.
Salud, brindemos porque aquel pequeño chico con un pasado traumático, otro con un desapego emocional y otros dos con un pasado por identificar, se han convertido en una banda, oficialmente en un equipo, donde los cuatro deberán permanecer unidos y ser el fiel apoyo del otro. Oficialmente Satou es el vocalista y guitarrista principal de aquella pequeña agrupación, que si bien no tiene un estilo muy centrado y sus integrantes son tan diferentes el uno del otro, ellos tendrán algo en común… el rock, la libertad de gustos y el interés por hacer buena música. Ellos son únicos y distintos, desde el Metálico Kaji, el tierno Pop Haruki, el Rockero británico Uenoyama y el versátil Satou, pero unidos son algo especial, llamativo y muy diverso, en pocas palabras, serán todo lo que queremos ver y oír.
Entre las cosas buenas que se acercan, está la propuesta de Tako, un organizador de eventos que trabaja en el mismo establecimiento de Satou y que le ha dado la iniciativa a Haruki para presentarse como banda en el próximo concierto. Pero no todo lo imprevisto que brilla significa que sea oro, alguna cosas oscurecen el futuro y crean incertidumbres… cómo la aparición de Hiiragi Yuki, la sombra del pasado de Satou, unas de las tantas que aparecerán con fuerza en el transcurso de esta historia.
Las citas tienen distintas formas de ser representadas, una de ellas es una salida casual, aquella que sin querer se dio de tal manera, que parecía haber construido sin esfuerzo un momento perfecto, como aquella que tuvieron Satou y Uenoyama en busca de un Pedal Azul de Overdrive, un instrumento que le dará eco y fuerza a las notas de aquella vieja guitarra con gran importancia de Satou. Pero los gratos momentos vienen acompañados de fuertes obstáculos, pues solo así podremos darles el valor y aprecio que se merecen. El pasado es algo que no se puede abandonar, pero si hacemos las cosas correctamente, podremos convivir con él y convertirlo en simples enseñanzas para mejorar nuestro futuro. Tú puedes Satou, estamos seguros que podrás con lo que viene, pues no estarás solo.