Japón
En una reunión celebrada a finales de 2024, los ministros de Asuntos Exteriores de Japón y China alcanzaron diez acuerdos clave para estrechar lazos culturales, destacando un enfoque en la producción conjunta de obras audiovisuales. Entre los acuerdos más destacados, ambas partes acordaron promover la creación conjunta de anime, series live-action y documentales para transmisión y distribución. Esto también tiene como objetivo resolver problemas comunes relacionados con la política cultural, como la transparencia en la distribución de contenidos japoneses en China, medidas antipiratería y la creación de un entorno seguro para los creadores en ambos países.
La colaboración promete beneficios significativos para ambas naciones. Japón busca aprovechar el enorme mercado chino, uno de los más grandes del mundo, y acceder a un sistema que les ofrezca un trato preferencial a sus producciones. Las películas registradas bajo el acuerdo Japón-China no se incluyen en la estricta cuota de películas extranjeras permitidas en los cines chinos, lo que representa ventajas económicas para las productoras japonesas.
Ejemplos como el éxito en taquilla de “Detective Conan: Black Iron Submarine“, que recaudó 22.9 millones de dólares en China, y “The First Slam Dunk“, con 93 millones de dólares, demuestran el potencial lucrativo de este mercado para la industria del anime.
Pero no todo son buenas noticias, las productoras japonesas enfrentan desafíos debido a la opacidad en las regulaciones de contenido en China, donde las obras deben pasar revisiones por parte de la Administración Nacional de Radio y Televisión (NRTA). Estas revisiones, que pueden tardar hasta 50 días, han dificultado la distribución simultánea de anime con Japón, reduciendo los ingresos potenciales de licencias hasta en un 80% según ejecutivos de la industria (esto debido a que el retraso en el streaming hace que la mayoría prefiera verlo a través de la piratería antes de leer spoilers en redes sociales).
La firma del acuerdo también podría marcar un cambio hacia condiciones más estables para los animadores, lo que beneficiaría a ambas partes. China ha comenzado a flexibilizar ciertas restricciones, permitiendo la proyección de películas previamente limitadas, como “My Neighbor Totoro” en 2018 y “Spirited Away” en 2019, décadas después de su estreno en Japón.
Si lo vemos en el contexto actual, la cooperación no solo promete un incremento en la calidad y cantidad de las producciones (teniendo animadores tanto japoneses como chinos trabajando en un mismo proyecto), sino también mayores ingresos para los animadores japoneses, cuyo salario promedio en la industria sigue siendo alarmantemente bajo, con 1,111 yenes por hora ($7 USD) según un informe de 2024.
Fuente: Anime Corner
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