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Sin añadir ningún hardware que entre en contacto con el rostro del usuario, los investigadores del Grupo de Interfaces Futuras de la Universidad Carnegie Mellon (Carnegie Mellon University’s Future Interfaces Group) han modificado un headset de realidad virtual de uso común para que recree la sensación del tacto dentro y alrededor de la boca del usuario, cumpliendo por fin el único e inevitable propósito de la realidad virtual.
Aparte de los mandos de mano que vibran de vez en cuando, la mayoría de los dispositivos de realidad virtual listos para el consumo ignoran sentidos como el gusto, el olfato y el tacto, y se centran en los visuales y los sonidos. Es suficiente para que las experiencias de realidad virtual sean mucho más atractivas que hace décadas, pero no para engañar al cerebro y hacerle creer que lo que ven sus ojos es una experiencia real.
Los investigadores que trabajan en la evolución y la mejora del hardware de realidad virtual han creado a lo largo de los años algunos equipos y accesorios realmente únicos para que la realidad virtual sea tan real como parece, pero ninguno refleja realmente hacia dónde se dirige inevitablemente la realidad virtual como la investigación que se está llevando a cabo en la Universidad Carnegie Mellon en relación con la háptica bucal. Es posible que todavía no pueda alcanzar y sentir el pelaje realista de un perro virtual, pero experimentar la sensación de beber de una fuente virtual podría estar a la vuelta de la esquina, además de otras experiencias que no requieren demasiada imaginación.
Los investigadores han mejorado lo que parecen ser unos auriculares Meta Quest 2 con una serie de transductores ultrasónicos que se centran en la boca del usuario, y que funcionan sin necesidad de accesorios adicionales ni de otro tipo de hardware instalado alrededor del usuario. Ya hemos visto utilizar los transductores ultrasónicos para hacer levitar y mover pequeñas partículas mediante potentes ondas sonoras, pero en esta aplicación, crean la sensación de tacto en los labios, los dientes e incluso la lengua del usuario mientras tiene la boca abierta.
Los transductores pueden hacer algo más que simular un toque suave. Al pulsar en patrones específicos, pueden recrear la sensación de un objeto que se desliza o se desliza por los labios, o vibraciones persistentes, como el chapoteo continuo del agua al inclinarse para beber en una fuente virtual.
Los investigadores han ideado otras experiencias de realidad virtual personalizadas que demuestran cómo su hardware de háptica bucal puede introducir más realismo, entre ellas una caminata por un bosque espeluznante en la que se pueden sentir las telas de araña en la cara, una carrera en la que el usuario puede sentir el viento en la cara e incluso experiencias de alimentación virtual en las que se pueden sentir los alimentos y las bebidas dentro de la boca. Pero si alguien sigue esta idea y comercializa el hardware de háptica bucal, sin duda veremos realizada la primera cabina de besos de realidad virtual del mundo, entre otras experiencias sobre las que los investigadores probablemente estén pasando sabiamente de puntillas.
Fuente: GIZMODO
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