Autor de Oreimo denuncia abusos en el anime

Hiro Kanzaki, el ilustrador detrás de títulos conocidos como "Eromanga-sensei" y "Oreimo", soltó tremendas declaraciones en redes sociales sobre lo feo que se pone el ambiente de trabajo en la industria del anime. Y sí, habló de cosas tan graves como acoso laboral, acoso sexual y jefes que se pasan de abusivos sin consecuencias.
En su publicación, Kanzaki dijo sin pelos en la lengua: «He visto un montón de veces situaciones de power harassment (abuso de poder) y acoso sexual. Incluso conocí a un director que ya se murió pero que era un completo desgraciado: le gustaba hacerle bullying a los animadores novatos como si fuera un hobby. En esta industria, aunque seas un antisocial de lo peor, si tienes talento, no te van a sacar. Así de simple. Pero como eso no es todo en la vida, lo mejor es cambiarse de estudio cuanto antes».

También aclaró que no todo es negro: hay gente buena en la industria, personas que, a pesar de todo, se toman el tiempo de ayudar a los nuevos aunque tengan que sacrificar horas de su descanso, sobre todo de madrugada. Pero, según Kanzaki, todo depende de la suerte que tengas con el equipo que te toque. Eso sí, lo más fuerte vino después, cuando habló de los que están arriba: «Lo más complicado es cuando la persona problemática tiene un puesto importante. Son de esos que con los jefes son un encanto, súper educados y parecen apasionados por su trabajo. Por eso, aunque alguien los denuncie, no pasa nada, porque dan buena imagen. Y claro, los estudios donde hay gente así, tarde o temprano terminan con más dramas, problemas legales o incluso cerrando porque no pagan lo que deben».
Las redes no tardaron en reaccionar. Muchos aplaudieron que alguien del medio hablara tan abiertamente sobre lo mal que están las cosas, mientras otros lamentaban que este tipo de situaciones ya sean casi parte del "folklore" de trabajar en animación en Japón.
- «Decir 'cámbiate de estudio' es básicamente dejar al monstruo suelto para que haga daño a otra persona más».
- «Esto también lo he escuchado mucho entre los mangakas. Cuanto más talentosa es una persona, más envidia recibe, y si encima es mujer, se suma el acoso y el abuso de poder por parte de los editores. En los ambientes donde se necesitan aprendices o asistentes, o cuando son autores novatos, como hay jerarquías, es donde aparecen los desgraciados con complejo de superioridad».
- «¿Es en serio...?».
- «A veces pienso que, cuando ya no tienes a alguien que te regañe o te corrija, es cuando el ser humano está perdido».
- «Ya se notaba que la industria del anime estaba podrida desde el momento en que, en vez de aceptar que no suben los salarios, se quejan del sistema de facturación (invoice system) y culpan a otros. Y sí, al final tenía razón».
- «Meritocracia absoluta. Probablemente eso es lo que ha sostenido el nivel actual del anime, pero el acoso es otro tema completamente distinto. Además, si no se forma a las nuevas generaciones, la industria pierde a lo grande. La verdad es que el ambiente puede cambiar muchísimo dependiendo de la empresa. Una vez que entras a la industria del anime o audiovisual, es relativamente fácil cambiar de trabajo. Si lo estás pasando mal, es importante cambiar de entorno».
- «Yo vi con mis propios ojos cómo un animador adolescente, lleno de talento, fue destruido por un senpai abusivo y acabó con depresión, dejando todo... Nunca voy a perdonarlo».
- «Muchos de los casos de acoso vienen de los directores, por sus propios traumas personales: tienen muchos complejos e inseguridades, y encima no tienen otra cosa que los haga destacar. En cambio, los que hacen key animation o dirección de animación no suelen tener tanta interacción con otras personas, y últimamente muchos trabajan remoto y con pocos cortes, así que hay menos oportunidades para acosar».
- «La verdad, no quiero ni imaginar cuánta oscuridad hay dentro de la industria del anime».
- «Qué miedo... ¿Será que todos los estudios son así...? Al releer esto me doy cuenta de lo importante que son las relaciones humanas, pero al mismo tiempo me preocupo porque siento que yo también soy del tipo inadaptado social».
Aunque Kanzaki no dio nombres ni señaló a estudios específicos, sus palabras tocan un tema que viene arrastrándose desde hace años: las malas condiciones laborales en una industria que, aunque nos da series increíbles, muchas veces se sostiene sobre el sacrificio y agotamiento extremo de sus trabajadores. ¿Cambiará algo? Quién sabe. Pero lo que está claro es que ya son varios los que están perdiendo el miedo a hablar.

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