[bloques texto=’¡Advertencia! Esta reseña sobre Banana Fish capítulo final contiene spoilers. Si aún no has visto el capítulo, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.’]
#24 The Catcher in the Rye
Foxx le ha disparado a Dino para sacarlo de su camino. Sus planes son apoderarse de la fundación Corsa y de Ash. Blanca junto a Sing inician su propia misión de rescate, para ayudar a Ash. Eiji se recupera en hospital, pronto regresara a Japón pero sigue preocupado por Aslan. La misión de rescate continua, pero no son los únicos en movimiento: papa Dino sigue con vida y no planea caer solo. El resto de los chicos consigue liberar a los rehenes. Mientras tanto, Ash, que se ha liberado de sus captores, toma al doctor como rehén. Pero Foxx no tarda en ponerse en marcha para capturarle de nuevo. Aquí la intervención de Sing y Blanca ayuda a que Ash se enfrente uno a uno contra Foxx. Con el coronel, aparentemente, derrotado, Ash se dirige a salvar a Sing, perdiendo todo lo relacionado a Banana Fish en el proceso.
Sin embargo, Foxx no está muerto y amenaza la vida de Ash. Pero todo acaba cuando recibe un disparo en la cabeza, cortesía de Golzine, quien instantes después muere al caer al vacío. Ash y Sing arreglan las cosas sin tener que luchar. El escándalo de la prostitución infantil sale a la luz y todos están para ser testigos. Sing habla con Yut Lung, y tras un par de verdades, ambos acuerdan cooperar para recuperar el control de Chinatown. Ash se encuentra con Blanca para despedirle, ya que este último volverá al Caribe. En su plática, Ash le hace ver que no se encontrara nuevamente con Eiji. Por su parte, Eiji debe volver a Japón pero antes se asegura de hacerle llegar una carta a Ash. Al leer la carta de Eiji, Ash se apresura para encontrarle, pero al bajar su guardia es apuñalado por Lao.
Ash toma la carta de Eiji y regresa a la biblioteca para acabar de leerla. Finalmente, y en apacible actitud, permanece en ese sitio, casi como si solo durmiera, dejando que se drene la sangre de su cuerpo.
Pobre Fausto
Hay mucho que me gusta de esta serie, pero algo que me tiene enamorada son sus referencias literarias. Después de todo, no hay mejor símil para Foxx, que el que le otorga Dino. Porque, en efecto, Foxx no es más que un pobre Fausto. Un personaje que esta tan ciego por sus deseos y anhelos, que está dispuesto a vender su alma. Pero este símil no sería tan perfecto, si simplemente se quedara en eso. Lo que hace de esta idea algo tan atrapante es el objeto de su obsesión. Fausto fue un hombre que vendió su alma a cambio de conocimiento y placeres mundanos. Según la leyenda le vendió su alma al diablo, pero la literatura nos dice algo más. Se trata del demonio Mefistófeles con quien hizo aquel intercambio. Fausto creyó que era él quien tenía el control, pero siempre fue Mefistófeles quien lo manipulo.
¿No les parece increíble? Foxx se “vendió” al diablo (papa Dino), sin embargo su intención siempre fue pactar con Ash (Mefistófeles). El creyó que tenía el control sobre el demonio, pero este siempre estuvo un paso por delante. He de decir que el Fausto desde el que les hablo es el de Goethe. Y por ello estoy aún más complacida con el símil. El pacto con Mefistófeles decía que Fausto moriría en el momento en que más feliz se sintiera, al punto de querer extender su felicidad. Pues justamente eso ocurrió con Foxx. Se creyó vencedor, estaba complacido con su lucha y lo que había obtenido. Realmente creyó que había vencido al demonio (Ash), seguro que deseaba extender ese placer aún más. Pero la muerte le llego, en manos de quien menos espero. Pobre Fausto, pobre Foxx, a diferencia del de Goethe, dudo que alcance el cielo por el esfuerzo.
La palabra que nunca debió aprender
Ok, es momento de ponerme sentimental. Quienes han seguido mis reseñas saben que tengo un cariño muy especial por Eiji. Nunca he sentido que deba justificar mi amor, pero este capítulo me hace querer hablar de él sin parar. Desde hace tiempo hemos observado que Ei-chan tiene una fuerte preocupación por Ash. Desea protegerlo, más que cualquier otra cosa. Ese sentimiento nunca cambio ni vacilo, incluso con la separación. Eiji desea cuidar de Ash, permanecer a su lado, es a lo único que no desea renunciar. Sin embargo, los planes de Ash son diferentes. El rubio esta tan preocupado por el bienestar de Eiji que se ha resignado a la separación. En todos los escenarios posibles que Ash visualiza, siempre acabara lastimando a la única persona que desea proteger. Lo único que se le ocurre para revertir esa situación es despedirse.
Si no están juntos, al menos podrá garantizar su seguridad. La despedida es el único camino que se abre ante él. Pero volvemos al subtitulo, eso no es algo que Eiji quiera. Puede entender el porqué de la decisión de Ash, pero eso no implica que esté de acuerdo. De hecho es tal su inconformidad que expresa su arrepentimiento de enseñarle palabras de despedida, bueno una palabra de despedida. ¿Pero saben? Esa escena encierra más que solo arrepentimiento. Deja ver miedo e inseguridad. Ash siempre ha sido alguien independiente, toma sus elecciones sin consultar con nadie. Eso no es malo, pero deja muy inseguro a Eiji, ya que sabe que no puede cambiar la elección del rubio. Siempre está a la deriva en lo que a Ash respecta. Pero no puede evitarlo, a pesar de todo, también desea respetar la voluntad de su amigo.
La droga que nunca debió existir
Banana Fish, la droga, nunca debió existir; fin del comunicado. Está bien, lo desarrollare más, aunque es un punto bastante evidente. Sabemos que en el mundo existen muchísimos tipos de drogas. También sabemos que cada una es dañina a su manera y eso no impide que se consuman o se distribuyan. Incluso, no impide que se trabaje en desarrollar nuevas drogas. Entonces ¿qué hace que Banana Fish sea “LA droga”, la más conflictiva, una que me haga afirmar que nunca debió ver la luz? Básicamente es su efecto y sus repercusiones. Una droga que te permita controlar a otros, que los hunda una pesadilla eterna, no es humano. ¿Saben qué?, me equivoque, si es muy humano. Controlar y gobernar sobre alguien es enteramente humano, sumir a alguien en la desesperación, también lo es. Solo a una criatura tan infame como el ser humano podría ocurrírsele algo tan enfermo.
Banana Fish, desde el principio fue una droga creada para dañar. Ni una sola de las intenciones detrás de su creación era loable. Una de las principales luchas en todo el anime fue detener el uso de esta droga. Porque aquellos que no desean el poder entendieron algo importante: Banana Fish no trae más que desgracias. Con esta premisa, Ash y su grupo, siempre buscaron detener los planes de la fundación Corsa. Nunca fue un asunto sencillo, este problema siempre fue más grande que ellos. Sin embargo nunca se rindieron, a pesar de todas las adversidades y las vueltas que tuvieron que dar. El resultado final fue la destrucción de todo lo relacionado a la droga. ¿Este fue el mejor final? me atrevo a decir que sí. Con todo el material destruido, el mundo se liberó de la que pudo ser la peor droga creada por el hombre.
La decisión de Dino
Todos los personajes de esta serie han demostrado tener una gran variedad de matices. Lo he dicho antes, y lo sostengo, aquí no hay blanco y negro, siempre estamos caminando sobre una sombra gris. Los villanos, son reales, tienen motivación, propósito y determinación. Hacen su papel al volverse odiables para todo el fandom. Ocurrió con Arthur, con Dino y con Foxx, aunque en este punto quien nos importa es Golzine. Este hombre se volvió un icono de odio para todos, es la cara que le dimos a los años de sufrimiento de Ash. Su enferma obsesión con este último siempre lo mantuvo en el lado detestable de la ecuación. Papa Dino siempre fue el personaje que represento todo lo enfermo y podrido que había en la serie. A pesar de ello, llego el momento de hablar de sus elecciones. ¿Por qué acabo así el mejor villano de Banana Fish?
Uno de los principales puntos a resaltar es la marcada obsesión de Dino con Ash. Obsesión que rozaba
en lo enfermo, pero que siempre mantuvo intocable a nuestro rubio. Intocable para matarlo, sabemos de sobra todas las violaciones que sufrió a lo largo de la historia. El punto es que, la fijación de Dino mantuvo con vida a Ash más de una ocasión. Y eso mismo ocurrió al final. Antes que permitir que alguien mate a Ash, Dino siempre dio a entender que prefería matarlo él mismo, entonces ¿por qué disparar a Foxx y no a Ash? Pienso que en parte fue por orgullo y en parte por autosatisfacción. Golzine no se dejaría abatir por un extra, no sin llevárselo con él. No matar a Ash fue su última acción de autocomplacencia. Siempre supo que Aslan no lo seguiría, por eso lo dejo atrás, por elección propia.
El futuro de Chinatown
La muerte de los Lee, el desinterés de Yut Lung, las elecciones de Sing y la muerte de Shorter, tiene sumida en un caos a Chinatown. Recuperar el control e impulsar el desarrollo del lugar no pinta como una tarea sencilla. A pesar de ello, es una tarea que Sing está dispuesto a asumir. Él entiende que no es algo que pueda hacer solo, necesita de Yut Lung. Pero no es solo porque necesita su ayuda que lo busca, también siente la responsabilidad de ayudarle a él. Es consiente de todo el mal que las acciones de Youssis han ocasionado. Aun con ello, no guarda odio en contra del joven Lee. Por el contrario, alberga un sentimiento de responsabilidad para con él. Pese a su corta edad, Sing es perfectamente consciente de su alrededor. Eso incluye, por supuesto, los sentimientos de quienes lo rodean.
El hecho de que Sing no pueda odiar a Yut Lung, es porque entiende el enorme sentimiento de soledad y
vacío que invade al más joven de los Lee. Youssis ha crecido lleno de odio y sed de venganza, ese era su único propósito para vivir. Además del odio, no tenía nada. Son esos huecos emocionales los que lo llenaron de envidia al ver a Ash con Eiji. Era desolador ver que alguien más obtenía lo que él nunca pudo
conseguir. Sus celos lo llevaron a cometer terribles acciones, y a pesar de todo, nunca obtuvo lo que quiso, alguien que permaneciera a su lado. Desde luego, superar esos vacíos emocionales no será un asunto sencillo, pero ahora tiene a alguien de su lado. Sing no planea retroceder en su determinación por reestablecer la paz que se les arrebato. El camino a la reconstrucción de Chinatown comienza aquí.
“Me hizo completo”
Siento que podría escribir un libro completo solo hablando de Ash y Eiji. Los sentimientos que albergan el uno por el otro son sinceros y muy puros. Amo escuchar a Ash hablando de lo que siente cuando Eiji está cerca de él. Es como si una parte de mi alma fuera purificada. Siempre he pensado que Ash y Eiji se complementan mutuamente, y ahora vemos que el propio Ash lo cree así. Para él, Ei-chan es la parte no viciada del ser humano. Es alguien capaz de transmitir paz, ternura y mucha calidez. Una idea muy idealizada hasta cierto punto, y el propio Ash demuestra la razón. Eiji es luz, una luz que hace que vea todo aquello que está mal. Antes de Ei-chan, Ash no se cuestionaba o consternaba por sus acciones. Fue
hasta que lo conoció que despertó su adormecida conciencia.
Es cierto que Eiji lo completa, pero también es cierto que el peso de sus acciones (sin importar los motivos) no lo dejarían permanecer a su lado. Eiji es para Ash un espejo que refleja lo bueno y lo malo. Saca de su interior todo lo que ha reprimido y lo eleva hasta que no puede ignorarlo. Ash no se siente orgulloso por todo lo que ha tenido que hacer para llegar hasta donde está. Siente culpa y vergüenza por sus acciones. Razones que suma a su determinación de no volver a ver a Eiji. Una determinación, basada enteramente en su preocupación por el nipón. Sin importar que, Ash piensa en Eiji como su amigo. Alberga hacia él sentimientos de todo tipo y no quiere renunciar a ellos. Puede elegir no verle, pero desea conservar todo lo que Ei-chan ha dejado en él.
“Mi alma está siempre contigo”
No creo que encuentre palabras más hermosas que las que Eiji dejo plasmadas en su carta. Cada palabra
es un reflejo de los sentimientos que cultivo a lo largo de toda la historia. Denotan su preocupación por Ash, y al mismo tiempo el profundo amor que le profeso. No me pienso retractar, Eiji amo profundamente a Ash, un amor tan grande que hace palidecer al amor de pareja. Recuerdo que una vez escuche a alguien decir que lo más complicado de amar a otro es “verlo”. Es decir, no idealizarlo, sino realmente ver a la persona delante de ti. Aceptar que tiene virtudes y defectos. Y aun con ello seguir amándolo, porque conoces sus cargas y las valoras. Creo que eso es justo lo que Eiji hizo con Ash, él realmente ‘vio’ a Aslan. Nunca aparto la mirada de quien estaba frente a él.
Sus letras en la carta y las palabras que compartió con Ibe, todo gritaba que amo a Aslan sin reserva. Desde el momento en que lo conoció, nunca le temió, porque lo ‘veía’. Sabía que estaba herido y necesitaba protección. Nunca supo cómo darle esa protección, a pesar de que su calidez siempre cobijo a Ash. Cuando pelearon y lo busco en la biblioteca, lo ‘vio’ nuevamente. Entendió su soledad y su lucha contra el destino, ahí tomo su decisión. No importa que, aun si solo es él, siempre creería en Ash. Todo el tiempo, en toda ocasión, Ei-chan siempre ‘vio’ a Ash. Dicen que el amor verdadero no es asunto de cuerpos, sino de almas. Ahora lo creo, lo que ambos compartieron fue una conexión de almas. La letra no miente, “No estás solo. Estoy a tu lado. Mi alma está siempre contigo”.
Sonrisa de paz
Heme aquí, hablando de lo más doloroso y controversial de este anime: la muerte de Ash. Si, lamento romper los corazones de varios, pero Ash está muerto. Al menos ese es el final que Yoshida-sensei (mangaka de Banana Fish) quiso dar. Y debo decir que yo lo respeto, no porque me agrade, obviamente no, sino porque lo encuentro adecuado. La muerte de Ash no es un corte a la yugular para los amantes de las segundas oportunidades, ni para aquellos amantes de romper las cadenas del destino. Durante toda la serie Ash siempre estuvo en búsqueda de una sola cosa: su libertad. Ojo aquí, SU libertad. No queramos dibujar nuestros ideales en alguien más. Viajar a Japón para tener una vida hogareña, nunca fue la idea de libertad de Ash. Era una idea hermosa y antojable, desde luego. Pero solo era un sueño, un ideal.
No lo voy a negar, en un punto Ash lo considero seriamente, pero las circunstancias lo hicieron despertar de su sueño. No importa a donde corra, siempre habrá alguien detrás de él. Su despertador, su verdugo, Lao; su ataque le hizo comprender que esa vida de paz que Eiji le ofrecía nunca sería una realidad. Aún existen demasiados enemigos, demasiados obstáculos que esquivar. Ya ha aprendido, por la mala, que no puede proteger siempre a sus seres queridos, a Eiji. La mejor manera es no estar con ellos, no físicamente al menos. Ahí está su respuesta: “Mi alma esta siempre contigo”, pues la suya también. Más literal que Eiji, Ash se entrega a la muerte para así tener su libertad. Eligió proteger a quienes amo, pero quedándose siempre con ellos. Yoshida-sensei es maquiavélica, realmente se aseguró de que Ash y Eiji se pertenecieran por siempre.
El guardián entre el centeno
The Catcher in the Rye es una novela escrita por J. D. Salinger; volvemos al inicio. Creo, torpemente, que esta es una historia que todos hemos leído, escuchado o vivido. Es la historia de Holden Caulfield, un adolescente que mira y juzga lo que le rodea de una manera ácida, a veces tierna, pero siempre original. En esta obra, Salinger escribió sobre la adolescencia, la rebeldía, la lucha por hallar nuestro lugar el mundo y el miedo a crecer, miedo y deseo. La crítica de Holden a los adultos hipócritas, falsos e imbéciles se equilibra con su aprecio hacia los niños, su inocencia, espontaneidad y generosidad. Por eso, lo que de verdad le gustaría es estar al borde del precipicio, al final del campo de centeno, para vigilar que los niños no caigan por él. Evitar que se hagan mayores. Pero eso es imposible, de ahí la crisis de Holden.
Tiene todo para relacionarse con Banana Fish. Quiero ver la serie entera englobada en este título, más que solo el episodio. Ambas son historias con fieles seguidores y retractores. Son historias para todos y para unos cuantos. Siempre al vilo de la frontera. Pero quizá aquello que me hace pensar en ambas como obras de culto, es la vigencia de la historia. “El guardián entre el centeno” es una novela de 1951, Banana Fish inicio como un manga publicado en 1985, la animación es de este año 2018. Diferentes décadas, el mismo impacto al contemplar las obras. Pero no es lo único que las mantiene vigentes, remóntense a mis reseñas pasadas, en cada una me referí a novelas distintas, todas de años distintos. El impacto se conservó incluso en esa fluctuación de tiempo y obra. Pasaran los años y siempre recordaremos a Holden, y confió en que también a Ash.
Al final, ¿Qué nos dejó Banana Fish?
Con el final de la serie me siento más preparada para externar una opinión general. Evidentemente la serie me ha enamorado, llevo llorando con ella durante medio año. En este punto puedo asegurar que nada en esta opinión es objetivo, estoy demasiado sumergida en la historia para eso. Aunque, personalmente creo que eso ya habla mucho de este anime. Porque es una historia que toca fibras tan sensibles, que es difícil permanecer indiferente. Me enamore de la historia, de sus personajes, de su soundtrack y de su animación. Es difícil para mí pensar en una mala crítica para una historia que caló hondo en mí ser. Banana Fish es una historia que nunca quise ver, pero que tenía que ver. Quizá no es la historia para todos, pero lo fue para mí. Si vivimos en tiempos, este era el suyo. Así tenía que ser, y fue.
Lo dicho, tengo demasiado favoritismo acumulado como para ser objetiva. Sin embargo lo intentare. ¿Qué nos dejó Banana Fish? Nos dejó una historia tan cruda como real, un desarrollo de personajes imponente y un fandom al borde del suicidio. Vamos a ver, la historia puede llegar a carecer de algunas cosas, imposible no notar el giro argumental radical a la mitad, pero no por ello deja de ser buena. Es cruda y es real, no porque haya pasado, sino porque es sencillo transpolar las cosas a nuestra realidad inmediata.
Lo mejor de este anime es el desarrollo de personajes, Ash y Eiji son los protagonistas indiscutibles, pero saben usar y explotar al resto del elenco. La banda sonora es magistral, cada canción se adapta a la escena cual guante. Ni que decir de los openings y endings, sublimes. La animación es muy buena, MAPPA sabe lo que hace, pero ciertamente tiene sus detalles. Nada que el blu-ray no pueda arreglar.
My Soulmate
Hay una cosa que hizo de Banana Fish algo aún más grande de lo que ya era, eso fue la relación de Eiji y Ash. No se confundan y tilden de fujoshis o fundanshis a quienes apoyan a este par. Aquello que hay entre Ash y Eiji es algo más. Más que amistad, más que amor. Se trata de algo especial, algo enteramente puro, y para dicha y desdicha de muchos, es algo asexual. Ciertamente lo que sienten el uno por el otro es amor, AMOR, no deseo. Idílicamente podríamos decir que ambos son almas gemelas. Destinados a encontrarse, mas no ha estar juntos. Sinceramente yo no tengo palabras para describir un alma gemela, pero Elizabeth Gilbert sí:
“La gente cree que un alma gemela es una persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas mejorar tu vida. Un alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros, te hace florecer desde la raíz a las puntas y te despierta la sensibilidad.”
No puedo evitar sonreír al ver lo perfectamente bien que encaja la descripción. Es increíble lo que este par es capaz de transmitir. Lo digo porque no solo me encantaron con su historia de amor, sino que también me destruyeron con ella. Sus almas resonaban en la misma frecuencia, era algo tan intenso que el destino decidió que no podrían estar unidos. Ambos se separaron pero antes se aseguraron de conectar sus almas: “Sé que nos volveremos a encontrar, no importa lo lejos que estemos.”
Comentario final
¿En serio llego alguien hasta aquí? Increíblemente aún hay mucho que quisiera decir sobre este anime, sobre esta historia, sobre este amor. Me tome mi tiempo para escribir, no porque no supiera que decir, sino porque no sabía cómo expresarlo. Aun ahora estoy insegura, ¿realmente he dicho todo lo que quería decirles? Casi 4000 palabras y aun siento que no he vertido todo lo que deseaba transmitirles. No hable de Jessica y Max o de Sergei y su fino gusto literario o sus desventuras con Sing, por ejemplo. Este es el adiós, tras medio año de suspiros, risas y llanto, nos despedimos de Banana Fish. Aquí lo único que me resta es otorgar mi nota personal. Que momento más tenso. ¿Saben que nunca le he otorgado un 100 a algún anime? Me duele admitirlo pero no es la excepción. Banana Fish acaba con un 97/100 en mi puntuación personal.
¿Bromeas, punk? ¿Llevas casi 4000 palabras alabando el anime para que no le des el 100? Ya sé, soy rara. Pero es justificable mi elección. Banana Fish es un anime increíble, me atrevo a ponerlo como mi nuevo número uno. Sin embargo tiene carencias, sería una necia si las ignorara y me quedara solo con lo bueno. Y bueno, acá entre nos, le habría dado el 100 si hubiesen animado ‘Garden of Light’. Eso seguro me habría roto el corazón pero significaría cerrar un ciclo.
No diré más, aquí, les invito a que me digan ustedes: ¿Qué les ha parecido este anime? ¿Qué puntuación le dieron ustedes? ¿En su opinión, Eiji y Ash merecían ese final? Los invito a leer ‘Garden of Light’ y a debatir conmigo ¿Qué paso con Eiji?