Reseñas
[bloques texto=’Esta reseña sobre Hinomaruzumou contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.’]
Combate 8: Lo hecho, hecho está
Kunisaki acaba de terminar con su combate, derrotando a Gennosuke y empatando el marcador, ahora es turno de Yuma. Él se enfrenta con Kanamori, el capitán de Ishi. En cuanto el combate da inicio, Kanamori no muestra piedad alguna, lanzando bofetón tras bofetón llevando así a Yuma hasta el borde del ring. Casi fue el fin de Yuma, pero no llego al torneo sin más, se aseguró de estar preparado para pelear de verdad.
Antes de que iniciara el torneo, Yuma fue en búsqueda del apoyo de su antigua maestra de karate. Esta se lo niega debido a sus acciones pasadas, sin embargo Yuma no se rinde y eventualmente consigue el apoyo de su maestra. Son aquellas técnicas que aprendió con ella las que utiliza para dar vuelta a la situación. Por un momento parecía que Yuma vencería, desafortunadamente para él, Kanamori demostró tener una mayor determinación y se alza con la victoria.
Con dos derrotas, Dachi se encuentra en una situación complicado y es turno de Ozeki para combatir contra Sanada. El combate esta por empezar, pero Sanada inicia su ataque antes de tiempo y derriba a Ozeki. Este falso comienzo tenia como objetivo intimidar a Ozeki, pero lo único que hace es mejorar su concentración.
Así, el combate entre aquellos que más aman el sumo comienza: Sanada, que defendió el club con sus propias manos y Ozeki, que jamás abandono el sumo sin importar la situación. La pasión de ambos luchadores los lleva a un intenso combate donde parecen estar igualados, cuando el momento llega, son ambos quienes salen del ring, pero la victoria es de Ozeki. Ahora, es turno de que Hinomaru y Mizuki decidan al ganador definitivo.
Una disculpa y el arrepentimiento, jamás traerán redención consigo
Continuamos con las preliminares y cada combate en este torneo da mucho de que hablar. Como lo es el caso del enfrentamiento entre Yuma y Kanamori. Un exdelincuente que atormentaba al club de sumo de Dachi y un miembro del club de Ishi que debía de lidiar con delincuentes a diario. Tales circunstancias son las que nos llevan a conocer un combate lleno de resentimiento y arrepentimiento.
Kanamori es un estudiante de tercero que lleva lidiando con delincuentes juveniles desde que se unió al club de sumo. Yuma, es el otro lado de la moneda, aquel delincuente que abusaba del club de sumo, pero ahora forma parte de este. Podría decirse que este combate es una personificación, casi literal, de los pasados errores de Yuma y su búsqueda por compensar sus acciones pasadas. Una situación perfecta para cuestionar el motivo por el cual Yuma pelea en el club de sumo.
Este combate, y la petición que la hace a su maestra, funcionan para probar lo complicado que puede ser enmendar el pasado. Una disculpa jamás bastaría para compensar los dos años que Ozeki perdió gracias a él, y por lo ello mejor se decidió a mejorar y vencer en sus combates como forma de arrepentimiento, nunca más tomando el camino más sencillo, es la mejor decisión que podría haber tomado.
Si de verdad amas algo, jamás lo abandonaras
Por su parte, con Ozeki y Sanada, continuamos con la idea de los delincuentes, pero enfocándonos en el lado de aquellos que sufren a causa de estos. En Hinomaruzumou, con esta situación nos vuelven a mostrar dos diferentes lados de la misma moneda: aquel que se pone en riesgo y pelea por lo que ama y aquel que piensa que no puede pelear por lo que ama, pero incluso así, jamás lo abandonaría sin importar lo que pase.
Estos locos muestran a la perfección los diferentes caminos que la gente puede llegar a tomar cuando aquello que aman esta en riesgo o se les es arrebatado. Siempre existirá la opción de pelear, pero eso no significa que sea la única opción disponible. El enfoque de Ozeki podría considerarse algo cobarde por algunos, y no estarían del todo mal, pero hay más que solo cobardía en ello. Existe el factor de la dedicación, sin importar lo terrible que la situación haya sido, el jamás abandono el sumo, eso demuestra verdadera pasión. Entonces, al final, ¿Qué es lo que uno debe de hacer para probar lo mucho que ame algo? la mejor respuesta que se me ocurre es un poco de ambos enfoques: saber cuando pelear por ello y saber cuándo ceder, pero jamás abandonarlo.
Opinión final
Este octavo episodio de Hinomaruzumou nos presento dos combates de alto calibre, donde siempre se compartió un tema en común: aquellos que obstaculizan tu camino y tratan de destruir lo que más disfrutas, delincuentes juveniles, en este caso. Estoy seguro de que para este momento ya se hartaron de escucharme hablar, o en este caso leer, sobre delincuentes y sus afectados. Pero en esta ocasión solamente busco decir el gran trabajo que hicieron mostrándonos tales circunstancias. Fue admirable en el ámbito de ejecución y como parte de la historia, abordando un mismo tema múltiples veces desde diferentes perspectivas dándole así una mayor profundidad de la que inicialmente aparentaba.
Ahora sí, desde el ámbito general, este episodio mantiene el ritmo ya impuesto desde el anterior, iniciar cada combate con poco retraso y desde ahí continuar desarrollando la historia durante el mismo. Una técnica que funciona a la perfección con Hinomaruzumou, ya que así pueden mantener las cosas en movimiento, mientras al mismo tiempo continúan dándole profundidad a la historia. Pero por sobre todo, a los personajes, dándole un peso real a sus acciones y motivos dentro de la lucha, asegurándose al mismo tiempo de que a la audiencia le importe de verdad el resultado de tal combate más allá de ser solamente un simple evento para llamar la atención.
Al final este torneo ha sido un gran impulso para mejorar el paso general de la serie, además de mostrar claras mejoras en la animación y el gran crecimiento de los personajes desde el inicio de este. Esperemos a ver que sorpresas nos tienen preparados para el combate entre Hinomaru y Mizuki.