Reseñas
[bloques texto=’Esta reseña sobre Shingeki no Kyojin 3 contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña. Puedes leer la reseña anterior aquí.’]
Capítulo 12: La Noche de la operación para retomar el muro
Las preparaciones para la operación de la recuperación de la Muralla María están casi listas, mientras, los altos mandos del ejército discuten que deben hacer con el suero de titán que Levi recibió de Kenny poco antes de su muerte, al final es el mismo Levi quien guardara el estuche. La noche antes de la partida, la Legión de Reconocimiento decide relajarse un poco mientras comen juntos y se divierten; al terminar la cena, Eren y sus compañeros recuerdan el pasado mientras Armin habla sobre aquel viejo sueño de ver el mar y las demás cosas que existen en el mundo exterior, sueño que en ese mismo instante se convierte en promesa. Al amanecer, los exploradores son alentados por los civiles de Trost, algo que nadie recuerda haya ocurrido en el pasado, y en ese mismo instante parten hacia el Distrito Shiganshina, en donde Reiner, Bertolt y el Titán Bestia se encuentran esperándolos.
Opinión y análisis
Esta tercera temporada comenzó con un derroche de acción en las primeras semanas, seguidas de diálogos y situaciones llenos de respuestas sobre algunas de las cuestiones que venían picando nuestras cabezas desde el inicio del anime, dejando solo un poco de reposo en estos últimos episodios. En este capítulo final el descanso fue algo un poco más literal al ver como nuestros personajes se relajaban en mucho tiempo luego de que la trama política llegara a su final, Rod haya sido derrotado y algunas cuestiones menores fueron resueltas. Con todo esto detrás, lo siguiente en la lista es uno de los arcos con más importancia en el universo de Isayama, pero Wit Studio ha decidido tomar un pequeño descanso, no sin antes dejarnos a todos inquietos con esa escena metida entre los créditos.
Debemos reconocer que estos últimos episodios no fueron algo en vano ya que pudieron darnos un nuevo panorama sobre personajes que hasta el momento no tenían una gran historia detrás como es el caso de Levi. Pero concretamente este último capítulo ha dejado todo preparado para comenzar el siguiente arco sin problemas secundarios, Historia ha estabilizado la situación dentro de las murallas, Eren ha recobrado el propósito heredado por su padre y Levi ha cerrado libros de su pasado mientras adquiría una de las armas más poderosas de la humanidad. De esta forma podemos ver que Wit Studio ha atado todos los cabos sueltos para dedicar todo su esfuerzo y energía a la problemática del primer episodio de Shingeki no Kyojin, ir al sótano de los Jaeger en el Distrito Shiganshina.
En esta larga lista de quehaceres antes de ir por el objetivo principal, Erwin y el resto de altos mandos del ejército analizan la jeringa que Kenny dejo tras su muerte y deciden confiársela a Levi por ser el soldado con mayores posibilidades de sobrevivir; dejando en su posesión el poder de elegir en quien usar el extraño líquido. Hasta hace poco, Levi no había sido más que un símbolo de heroicidad sin ningún objetivo a futuro; pero ahora que su pasado ha sido revelado, la serie parece querer darle más importancia. Ha pasado de ser un gran soldado a ser un personaje más profundo con motivaciones, deseos personales e intereses comunes que se van perfilando durante este episodio en una personalidad más seria y reservada (si eso es posible).
Pero Levi no es el único que ha cambiado tras los acontecimientos de esta temporada, Erwin es otra de las personas que más ha evolucionado desde que comenzamos esta tercera entrega. Al principio fue expuesto como una figura de autoridad sin mucha diferencia que el resto, pero poco a poco se fue volcando hacia sí mismo para quedar atrapado por el único objetivo que lo mantuvo con vida en sus inicios como miembro de la Legión. La revelación del funcionamiento del Titán Fundador y el borrado de memoria que este conllevaba, le devolvió la misión que su padre había dejado indirectamente luego de fallecer. Ahora, su única obsesión es encontrar respuestas sin importar el costo, dejando claro que su prioridad cambio de “el bien común” a “mi propio bien”, algo que Levi puede ver entre las excusas e insistencias de Erwin al ir a la misión de recuperación.
Levi Intenta, sin éxito, hacer que Erwin deje su idea de participar en la misión por el solo hecho de querer saber que es lo se esconde en el sótano; aunque Levi alude al estado físico de su superior, este parece tener clara su decisión. La conversación que mantienen estos dos puede ser uno de los momentos más tensos de la temporada; mientras Erwin se niega hasta el punto de ofrecerse como carnada, Levi va perdiendo lentamente su rostro relajado y sereno. La escena se pone un poco incomoda al ver como uno va dejando todas sus intenciones al descubierto mientras el otro muerde la mano que le ha dado de comer mucho tiempo.
Pero antes de que la cosa pueda terminar mal, nos vamos hacia una escena con humor para desatar el nudo entre Erwin y Levi; algo que no es muy frecuente si nos ponemos a ver las temporadas anteriores. El humor tiene poco espacio en esta historia donde cada día puede ser el último pero siempre hay momentos en donde aparece y es realmente bueno, tanto la calidad del mismo como su aparición justa. Lo verdaderamente interesante de estas escenas es ver como el equipo puede manejar a estos personajes, muchas veces fríos y serios, en situaciones casi opuestas a todo lo visto hasta ahora. No se entiende exactamente, pero funcionan bien; tal vez por la liberación de la carga que sostenían los personajes hasta hace poco y el pequeño espacio que tienen antes de volver a sentir el peso de sus decisiones en momentos cruciales.
Al pasar de los minutos vemos que este episodio sigue siendo un reflejo de toda la temporada, un drama de personajes con pinceladas de acción aquí y allá; ni siquiera en esta despedida a mitad de temporada el estudio se da el gusto de hacer las cosas simples. Para despedirse hasta la otra mitad, optan por una opción complicada con el reencuentro de Eren, Armin y Mikasa luego de dos temporadas, señalando los inicios del trio de amigos. Cuando digo reencuentro no me refiero al aspecto físico de la palabra ya que ellos lo han estado casi siempre compartiendo muchos momentos, pero sus mentes siempre estaban envueltas por otros problemas; aquí se sientan y pasa el tiempo olvidándose de todo lo que los rodea, ¿Qué sorpresa hay? Que este viajo los ha cambiado.
Eren ha encontrado un nuevo camino tras dejar sus miedos y odios que lo venían acompañando desde la muerte de su madre; se dio cuenta de que no era igual a los demás, que no era tan inteligente o fuerte, pero que vivía en un mundo lleno de amenazas para los humanos. Eso lo llevo a entender que lo mejor para la humanidad es descubrir que puede hacer cada uno y unir sus habilidades para convertirse en una gran fuerza contra los peligros que afronta. Podemos llegar a concluir que Eren tal vez ha encontrado una respuesta casi tan, o más, importante que lo esconde el sótano de su casa. Una vez que logran llegar al sótano podemos suponer que nuestros protagonistas quedaran sin un objetivo en su vida, pero los deseos de estos son imperecederos; Mikasa lucha por recuperar la vida que tenían antes de la caída de la Muralla María, mientras que Armin quiere descubrir que es lo que hay en mundo. Con esto volvemos al principio de la temporada donde veíamos a Eren frente al mar.
Shingeki no Kyojin se despide hasta abril del próximo año dejándonos con la promesa de algo muy intenso con en esa escena entre los créditos del último episodio; todo está encaminado hacia el objetivo que dio forma a las temporadas anteriores. Solo queda esperar a ver como el estudio decide arriesgarse con su habilidad para comenzar el Arco del Retorno a Shiganshina mientras nuestros protagonistas deberán enfrentar oponentes y decisiones muy difíciles.