Reseñas
Esta reseña sobre Deca-dence contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 11: “Engine”
Deca-dence arranca su penúltima entrega con el enfrentamiento entre Hugin y Natsume, que es salvada en el último momento gracias al avatar alternativo de Kaburagi. En el exterior, el “gadoll” gigante y la Deca-dence se enfrentan. Sin embargo, el monstruo es superior en poder y fuerza a la fortaleza.
La central de Solid-Quake es atacada por el “gadoll”, el cual se queda en suspenso mientras incuba huevos en los ojos. Justo antes de eclosionar las crías, Munin toma el control de Hugin e informa a Minato de que van a eliminar todo el entorno de la Deca-dence para eliminar el peligro. Se inicia una cuenta atrás para la destrucción total. Minato avisa enseguida a Kaburagi y trama un plan con Jill: conectar su núcleo para controlar la Deca-dence y tener una oportunidad de sobrevivir. En su acceso al sistema, Minato trata de frenarlo, pero es convencido y lo ayuda a conectarse.
Entre tanto, Natsume y los demás tankers se enfrentan a los “gadolls”. Esta se desvía y encuentra el escondite de los cyborgs, a los que acepta con mezcla de extrañeza y entusiasmo.
Análisis: la vida se abre paso
En este nuevo episodio de Deca-dence, se han trazado las líneas básicas para el final del conflicto, presumiblemente, en el próximo capítulo. Además de preparar dicho terreno, destacan los diálogos que mantienen Jill y Minato con Kaburagi. Estos, tratan de dar soluciones abiertas a la pregunta que llevaba el protagonista haciéndose desde el primer capítulo: ¿Qué es un error?
Desde la visión de Jill, que se revela como uno de los arquitectos de la Deca-dence, analizamos el destino fatal de un sistema diseñado para no contemplar errores en su sociedad. Cuando Jill equipara al “gadoll” con error, entiende que error es cambio. Y el cambio es inevitable.
Dejando a un lado la estética repugnante en la reproducción del “gadoll”, se nos transmite el mensaje de que vivir es voluntad y cambio. La vida se abre paso en condiciones extremas y encuentra mecanismos de supervivencia. El error, en este sentido, es la naturaleza y su impulso. El “gadoll” no es más que el resultado de manipular el orden natural de los acontecimientos.
Otros momentos relevantes
El episodio repite y responde en parte a la pregunta básica, como acabamos de ver. Más allá, en el análisis de los detalles, encontramos que la mayor parte ya han sido señalados en anteriores reseñas, con lo cual poco queda ya por comentar.
No obstante, merece la pena subrayar el encuentro físico entre Natsume y los cyborgs. Dada la construcción inicial de la serie, pensé en un primer momento que las inteligencias artificiales no poseían un cuerpo físico como tal, pero tal hecho quedó descartado en capítulos anteriores. En cualquier caso, la escena rebaja la tensión dramática y nos ayuda a entender el proceso de adaptación de Natsume a la realidad. Como cualquiera de nosotros, la joven encuentra a los cyborgs como seres divertidos y adorables.
A modo de conclusión
Deca-dence pone en escena toda la trama que resolverá el último capítulo de la serie. Sin duda, lo más reseñable del episodio es el tratar de aunar todas las ideas en torno al concepto de “error” y tratar de responderlo desde distintas perspectivas.
Por último, la amistad de Kaburagi y Minato supera con éxito el conflicto espiritual de su amigo, que se admite como un nuevo error.