Reseña | Dr. Stone – Capítulo 8

[bloques texto=’Esta reseña sobre Dr. Stone contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.’]

Capítulo 8: “Camino de piedra”

Esta semana en Dr. Stone, Senku explica a Chrome y a Kohaku dos formas de hacer antibiótico. Enseguida, descarta la ruta biológica de la penicilina y opta por las sulfamidas. Esto último requiere un esfuerzo considerable, pero no depende del azar como la primera. Gracias a los imanes de Chrome, comienzan su búsqueda de arena de hierro en el río. Allí se les une al grupo Suika, una niña con una sandía en la cabeza. Una vez han recolectado la arena, intentan crear hierro en un horno, pero no consiguen la temperatura adecuada.

Senku reconoce entonces que necesitan más mano de obra, pero la gente del pueblo desconfía y necesitan ganárselos. Para ello, Suika se ofrece a investigar sobre los deseos de la gente en el poblado y trae el reporte. Con esta información, Senku se propone hacer una comida novedosa que los atraiga y cocina ramen con harina de mijo.

Análisis: la eclosión del “Reino de la Ciencia”

Dr. Stone ha optado, al igual que en la entrega anterior, por comprimir en un episodio el equivalente a unos tres capítulos en el manga. Aunque en términos generales es muy fiel a los eventos de su fuente, sí es cierto que el sentido de unidad narrativa se desdibuja un poco. Los sucesos y acciones se acumulan sin darnos apenas tiempo a procesar las novedades, e, irremediablemente, las explicaciones de los procesos científicos van muy aceleradas.

En este sentido, espero y deseo que la adaptación al anime no pretenda pasar rápidamente el proceso de elaboración de los inventos. En el manga, es una esencia imprescindible que no se puede ni se debe desfavorecer para resaltar los momentos de acción y romance.

Por otro lado, analizando el contenido original, el número previsto de capítulos y otros factores propios de la narrativa audiovisual, tampoco me parece un mal resultado ni mucho menos. De hecho, hay un eje narrativo muy claro; esto es, el objetivo de curar a Ruri. Dicho objetivo desencadena una serie de procesos que se aventuran muy complejos y de ahí van surgiendo nuevas necesidades, como la urgencia de mano de obra.

La cocina de Senku (aprendizaje vivo)

Si hay algo que destaca en este nuevo capítulo de Dr. Stone, es que, de principio a fin, nos ofrece un constante aprendizaje. Hasta el momento, la historia se había vertebrado combinando estos momentos con la exposición de la trama base. Asumidos ya los objetivos de Senku y su enemigo, se crea un espacio ideal donde el encanto de la serie comienza a desarrollar todo su potencial.

La fugacidad con la que se superponen los temas puede desorientarnos, pero no podemos perder de vista esa raíz presente en todo el capítulo: acercarnos al conocimiento a través de las acciones cotidianas. Dr. Stone es una historia que pone de relieve cómo cada pequeño aspecto de nuestras tecnológicas vidas tiene una historia y supone un proceso de elaboración complejo y maravilloso. Nos hace aprender y reflexionar sobre el significado de la civilización, apreciar la ciencia y el esfuerzo humano conjunto de una sociedad.

Quiero agradecer a una persona, en este sentido, la aportación de la idea. Explicándole el episodio, lo ha visto enseguida: “Estás continuamente aprendiendo.” Efectivamente, es la esencia de Dr. Stone y no es una idea nueva, pero en este capítulo en concreto, ¡la cocina de Senku es una constante! Aprendemos sobre el antibiótico, su historia y sus dos posibles vías; Chrome nos lleva a hablar sobre los cambios en la rotación de la Tierra; aprendemos sobre el imán y el proceso de elaboración del hierro; y, casi sin aire, reflexionamos sobre el proceso de elaboración de la harina. En cada pequello detalle, en cada diálogo, por insignificante que parezca, todo el episodio es conocimiento. Tanto, que abruma.

La cocina de Senku (metafórica y literal)

Viendo que el conocimiento palpita y se enrosca por todas partes, que tienes que ver el capítulo de Dr. Stone varias veces para contabilizar correctamente todos los temas que aparecen, conviene profundizar en los mensajes que se les superponen.

Al elegir el camino de la piedra en la elaboración del antibiótico, hay un juego de palabras evidente. La historia no quiere que olvidemos el título que le da nombre y sus implicaciones constantes. Por otra parte, es el camino arduo del esfuerzo. De nuevo, se subraya la visión realista de Senku sobre la ciencia y sus procesos: “No somos dioses ni genios.”

En cuanto a la preparación del ramen, lleva consigo una reflexión muy curiosa. La cocina es también tecnología y ciencia. Además, el gusto se nos adapta al perfeccionamiento culinario de cada cultura. Esa es la razón por la que Senku no percibe con el mismo entusiasmo el resultado final.

Senku y la aldea

Desde el punto de vista de nuestro científico, la aldea es un misterio y un objetivo de conquista. Sin embargo, desde el punto de vista de sus pobladores, Senku es un misterio peligroso, algo que mantener fuera de los límites.

Estamos ante una sociedad cerrada y limitada por creencias muy primitivas. Su distribución física, aislada y cercada, protegida por los guardias Kinro y Ginro, es una traducción arquitectónica de ese pensamiento. En este sentido, Senku es un forastero en mundo donde solo los descendientes de criminales pueden estar fuera del único núcleo humano existente. El rechazo es algo natural.

Otro aspecto interesante es la pulsión entre la curiosidad y el rechazo en todos y cada uno de los habitantes. Senku juega con esa balanza y los tienta con paciencia y el convencimiento de que poco a poco irá llegando a todos.

Suika, una sandía adorable

Este personaje es, para mí, uno de los más entrañables y está en mi lista de favoritos. Estoy bastante satisfecha con la animación, la voz y la representación que se ha hecho de su personalidad. Aunque es muy pronto para desarrollar más ideas, sí podemos observar un elemento en común en todos los personajes del poblado que se han acercado a Senku. Y es que, todos ellos están señalados en su sociedad como elementos problemáticos o aislados. Chrome es un hechicero cuyos materiales para conjuros están desterrados del interior de la aldea, Kohaku es una hija rebelde que contraviene las normas y Suika se siente incomprendida y sola.

Paradójicamente, son los que muestran una mente más abierta. Suika es, sin duda, la más valiente de todos ellos, porque en su deseo de encajar y ser útil, desoye los rumores y es ella la que se acerca a Senku, sin miedo ni prejuicios.

También es interesante resaltar la reacción de Senku. La idea de que la ciencia es para todos vuelve a repetirse, pero además, ayuda a moldear con más claridad el hecho de que Senku es un ser profundamente social. Nuestro científico no percibe la civilización como el resultado de un progreso individual que beneficia a otros, sino con la mirada humilde de que todos y cada uno de los seres humanos tenemos algo que aportar en el proceso.

A modo de conclusión

Dr. Stone es una historia que aún tiene mucho que contarnos. Poco a poco vamos conociendo a personajes de la aldea y van surgiendo nuevas preguntas y retos. En líneas generales, la importancia de este capítulo radica en que marca el inicio de las aventuras científicas y los avances tecnológicos con los que Senku tratará de lograr su objetivo de conquistar la aldea.

En cuanto a otros misterios y análisis de personajes como Chrome y Ruri, seguiremos dejándolos para una reseña en la que podamos comentar sin hacer spoilers del manga.