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Reseña | Dr. Stone – Capítulo 7

Señotakuina 18 agosto, 2019

[bloques texto=’Esta reseña sobre Dr. Stone contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.’]

Stone

Capítulo 7: “El paradero de dos millones de años”

Esta semana en Dr. Stone, Senku se gana la confianza de Kohaku, que lo guía hasta su aldea para ayudarlo a reunir aliados contra Tsukasa. Una vez allí, descubre asombrado que se trata de una población de 40 habitantes sin acceso a la tecnología. Sin embargo, los guardias, Kinro y Ginro, le impiden la entrada en el poblado, pues los forasteros tienen vetada la entrada.

En ese momento los interrumpe Chrome, que se define a sí mismo como un hechicero y reta a Senku. Este le vence fácilmente con sus explicaciones científicas, pero lo considera interesante, así que consigue ganárselo como aliado y hacerse con su cabaña. En su interior, Senku le cuenta a Chrome la historia de la humanidad y la petrificación. Entre tanto, Kohaku lleva agua de fuentes termales a su hermana Ruri, que está muy enferma. También Chrome intenta descubrir la cura que salve a Ruri. Senku decide ayudarle.

Análisis: la misteriosa aldea

Esta séptima entrega, Dr. Stone ha abierto el camino definitivo a una nueva etapa en la historia. El sendero que ha seguido Senku en solitario, paradójicamente, lo ha llevado al descubrimiento de hasta 40 humanos. Y es que, en líneas generales, si hay algo característico que vertebra todo el capítulo, es la concentración de nuevas tramas y personajes. A las puertas del poblado, y sin haber puesto un solo pie en su interior, nos han presentado ya a Kohaku, Chrome, Ginro, Kinro y Ruri. Además, se ha esbozado la personalidad y el rol de cada uno de ellos en la aldea. Podríamos subrayar entonces, el valor introductorio de este episodio, que ha sabido pincelar, en menos de media hora, no solo las nuevas tramas, sino incluso ahondar en el detalle y caracterizar a cada uno de los misteriosos pobladores que han cruzado diálogos con Senku.

Es un capítulo, de hecho, magnífico en contraposición con lo anterior, y un punto de inflexión. Hemos navegado durante seis episodios en un mundo de naturaleza desbordante y salvaje donde la soledad de los seres humanos parecía casi un nuevo Génesis (bromeaba al principio nuestro científico sobre Taiju y él como Adán y Eva). En ellos, la flora y la fauna lo invaden todo mientras las personas petrificadas se mimetizan con el ambiente. En esa soledad tan inmensa para el “mono brillante”, que empieza de cero, nos encontramos con el impacto mental que tiene la premisa de ser el único ser humano -más tarde cuatro- sobre la faz de la Tierra. Dicha impresión psicológica nos prepara para entender ese mundo pos-apocalíptico, pero una vez asumido, la historia da un giro y nos regala una floración de personajes en una aldea maravillosa.

Si analizamos los espacios, nos hemos visto rodeados, hasta ahora, de un verde exuberante que cubre todos los horizontes, un bosque infinito que solo limita el océano. Sin embargo, la aldea se sitúa en la claridad, en colinas sobre la orilla del mar, a cielo abierto. La disposición es tan singular que ni siquiera Senku es capaz de disimular la sorpresa. Su rostro se ilumina y podemos leer en esa expresión que está maravillado ante el misterio de aquella aldea.

Nace así la primavera argumental en la historia, asentado ya el hilo principal de Dr. Stone.

Chrome y otros personajes

He aquí a uno de mis personajes favoritos, al fin. En esta primera aparición que hace Chrome, se le ha caracterizado bastante bien a todos los niveles. La estética está muy conseguida, el seiyuu se acomoda a su personalidad y esta última se explica muy bien en sus acciones y reacciones.

En general, ver a color, movimiento y voz a todos estos personajes, tan entrañables, ha sido muy satisfactorio. Todos ellos tienen características únicas, en la línea de seres extraordinarios por los que apuesta Dr. Stone y, a la larga, es imposible no encariñarse de todos ellos. Ahora bien, en este capítulo, ha sido Chrome, en especial, quien más nos ha dejado intuir su trasfondo y carácter. No obstante, para no hacer spoilers innecesarios, su análisis profundo será en la siguiente reseña. Sí analizamos, por otra parte, la confrontación entre Senku y Chrome, de profundo significado y valor.

Magia, ciencia y curiosidad infantil

Todo el capítulo trata, constantemente, ya sea en metáforas o aserciones directas, la relación de la ciencia con el ser humano y el concepto mismo de civilización. Comienza con la respuesta de nuestro científico a Kohaku, cuando esta se sorprende por la facilidad para construir el invento que los transporte con el agua: “la civilización crea civilización“. Esto es, la innovación no parte de cero, sino de una cadena que reaprovecha y mejora la tecnología anterior y, una vez que empieza, tiene un efecto dominó imparable. Máxima atención a esto, porque la historia está muy bien fundamentada y todo lo que diga Senku, tendrá repercusión.

La siguiente escena que trata el tema en Dr Stone es la de Ginro y Kinro frente a las burbujas. Su comportamiento frente a las pompas de jabón no es casual, escenifica dos de las tres formas en las que el ser humano se aproxima a lo extraño. Kinro es la prudencia, Ginro es el miedo. A partir de ahí, se enlaza con la aparición de Chrome y toda la dinámica se desata. El científico se hurga la oreja frente al hechicero primitivo; sin embargo, pronto visualiza el verdadero significado de la magia y el instinto de Chrome, que representa la tercera expresión: la curiosidad.

El hechicero y el científico

En realidad, a través de estos personajes concretos, el objetivo en Dr. Stone es exponernos una teoría sobre el origen mismo de la ciencia en el ser humano. Los niños -nos explican los propios personajes- desarrollan el hábito de coleccionar materiales de la naturaleza y probarlos unos con otros. De los efectos extraños que resulten surge la magia. Es una sed de conocimiento que en los primeros años de vida está muy desarrollada, pero que, como podemos observar, pierde interés cuando esos elementos han pasado ya a formar parte de lo cotidiano en el joven o el adulto.

Esa hechicería es entonces rechazada por el promedio, pero Chrome es la excepción. ¿Por qué? Porque Chrome es el talón de Aquiles del mundo ideal de Tsukasa, el hechicero que insiste en el misterio de la magia hasta dar con la ciencia. Es, en definitiva, un joven precientífico destinado a repetirse desde cero, una y otra vez, en la genética humana. Senku se maravilla porque ese muchacho es la prueba de que la ciencia nacerá una y otra vez, a pesar de Tsukasa.

Por supuesto, el resultado natural de este encuentro es la conexión instantánea entre Senku y Chrome. No solo se hacen aliados enseguida, sino que Senku reconoce a Chrome y establecen un lazo emocional. La decisión de confiarle la historia de la civilización humana no es azarosa, sino la prueba definitiva de que lo ve como un igual, un alter ego en esa era primitiva. La mera existencia de Chrome conmueve a Senku, y lo convierte en su aliado más íntimo.

Cerramos esta sección subrayando la belleza de exposición y claridad en las metáforas sobre ciencia y hechicería. También las sentidas lágrimas de nuestro joven hechicero aportan un momento singular y de especial intensidad.

Kohaku y Ruri: el impulso del amor

Si la curiosidad humana es un motor para el impulso humano y el esfuerzo, si la hechicería lleva a la ciencia; del mismo modo, el amor es otra fuente de posibilidades. En este sentido, parece repetirse en distintos conflictos y personajes algo que ya se cumplía en Senku y Taiju. Ambos representaban, al principio en Dr. Stone, los dos ejes de la voluntad del ser humano, la sed de conocimiento y la fuerza del amor. Con estas dos potencias avanzaban y desarrollaban ciencia.

Este fundamento vuelve a encarnarse. Kohaku desarrolla una fuerza extraordinaria para cuidar de su hermana Ruri gracias a los profundos lazos que las unen. Es una guerrera poderosa, que ha superado incluso a los hombres de su aldea, moldeada por puro amor y sacrificio. Las escenas de entendimiento y unión fraternal entre las dos hermanas marcan el momento más sentimental e intenso, dejándonos escenas muy bellas.

Idénticamente, Chrome utiliza su potencial por amor y prueba en su propio cuerpo las medicinas que puedan salvar a Ruri. Es más, en el caso de nuestro joven hechicero se unen las dos voluntades en una sola persona. Básicamente, el joven hechicero encarna los dos ejes de esa misma idea insistente; es decir, que la ciencia surge de las necesidades que crean los dos grandes impulsos del ser humano, la curiosidad y el amor.

A modo de conclusión

En este nuevo capítulo de Dr. Stone hemos descubierto una misteriosa aldea con numerosos habitantes. Los sucesos y los nuevos personajes, sorpresa tras sorpresa, nos han dibujado un horizonte extraordinario lleno de no pocos obstáculos que nuestro científico debe sortear para lograr su objetivo.

Junto a los enigmas que suscita el origen de esos seres humanos primitivos, las relaciones entre algunos de ellos se van definiendo. Ha sido, ante todo, un episodio que supone el enriquecimiento de la trama base y que aportará personajes y situaciones muy interesantes. Todavía es pronto para analizarlos en profundidad, lo dejaremos para futuras reseñas.

Señotakuina
Señotakuina

De día soy profe de lengua, la noche y los findes me convierto en cazadora de aliens y friki consumada. De la generación Digimon.

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