Reseñas
[bloques texto=’Esta reseña sobre Kono Oto Tomare! contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña. ‘]
#7 Sonidos desconocidos
Kudo socorre a Satowa luego de que esta se desmayara en la puerta y la mete en el futón nuevamente. Mientras busca una toalla para humedecer y bajarle la temperatura, Kudo encuentra varios DVDs y pidiendo permiso a Satowa, se dispone a ver el ‘Yaegoromo’, interpretado por la chica.
Tras morir su padre, Satowa se ve obligada a dedicarse al koto, mientras se aísla del resto del mundo, preparándose para heredar la escuela Hozuki. Debido a las presiones, la madre de Satowa comienza a exigirle más y a tratarla fríamente.
Buscando otro medio para hacerse oír, en una competencia nacional, en lugar de ‘Yaegoromo’, Satowa toca una pieza original. El rechazo de su madre luego de presentación le quitan toda motivación a Satowa, quien empieza a faltar a las prácticas.
Satowa despierta y se encuentra con Kudo durmiendo en su casa. El chico antes de irse, chequea su recuperación y le deja comida preparada. Ese día durante la reunión del club, todos muestran su alegría ante la mejoría de la chica y se disculpan con ella por sus dichos pasados.
En ese momento Kurusu encara a Satowa y la presiona sobre el secreto de su situación, ante lo cual Hozuki como respuesta, cuenta al resto del club que fue excomulgada de la escuela Hozuki.
Tras ver que la reacción del club no es la que ella esperaba, Kurusu sale corriendo. Kurata le sigue, por lo que la chica le revela que su plan siempre fue romper los lazos del club.
Luego de unas palabras de Kurata, Kurusu acaba huyendo mientras recuerda cómo sus amistades pasadas la traicionaron.
Satowa se acerca a Kurusu para contarle el motivo por el qué se unió al club, e instarla a regresar. Finalmente, Kurusu regresa, preparada para disculparse con todos.
Satowa y un sonido del pasado
El pasado de Satowa finalmente sale a la luz, al menos para nosotros los espectadores, y era algo que ya podía imaginarse. Es así como tanto su actitud, su disposición para relacionarse con otros, y sus reacciones ante los demás acercándose a su vida privada, se justifican en el turbulento flashback que la chica tiene en medio de la fiebre, y al ritmo de ese violento y trepidante sonido que sustituyó al Yaegoromo.
Intentando llenar las expectativas de su madre, quien a su vez cargaba con las obligaciones del grupo, vimos como poco a poco, Satowa se volvió una chica recluida y apartada de todo lo que no fuera el koto.
Asimismo, podemos sacar algunas conclusiones de la persona que Satowa ve en sí misma, si relacionamos esa sentencia de su madre, “Para mí, tu koto es un arma”, con los dichos que la chica le dijo previamente a Kudo, sobre cómo se podía identificar a una persona por su sonido. De modo, que toma aún más relevancia el hecho de que cada vez que alguien destaca a Satowa por encima de los demás, la chica inmediatamente lo relaciona hacia el lado negativo, como si fuese la secuela de un trauma del pasado.
Finalmente, conocemos la situación actual de Satowa, con la chica expulsada tanto del grupo como de la casa, y aún sin poder alcanzar a su madre, quien lejos de entender los llamados de atención de su hija, la rechazó sin miramientos, ¿podrá Satowa comunicarle a su madre todos los sentimientos que guarda?
De Satowa a Kurusu
Así como con Satowa, también se reveló el pasado de Kurusu y con eso, sus objetivos y los motivos detrás de esto. De este modo, como si de paralelos se tratasen, el pasado de Kurusu queda del otro lado del de Satowa, y quienes provocaron que ella se volviera de tal modo, fue un antiguo grupo de amistades que la traicionó, y en base a mentiras la aislaron del grupo e hirieron su reputación. Dicho esto, aún me parece ilógico que una persona, habiendo pasado por dicho trato y conociendo de primera mano lo que se siente, intente hacerle lo mismo a los demás.
La envidia de Kurusu hacia el club de koto puede explicarse sin sus acciones. Eso es algo que puede verse en la misma comparación que hace el anime de ella y Satowa. Por lo que sus acciones terminan sin tener más justificación que el estar aburrida, tal y como dice Kurata, y no le agregan nada a un personaje que con su historia previa y percepción de las relaciones humanas habría sido mucho más interesante. El antagonismo que se le otorgó en este tramo solo ayudó a asentar al personaje de Satowa.
Opinión final
Al fin conocimos el pasado de Satowa, un momento triste que mostró cómo la chica fue aislandose del mundo y paralelamente alejándose de su madre y de su propia familia en sí, para acabar completamente alejada de todo, al menos hasta llegar al club de koto.
Fue difícil no ponerse en la piel de Kudo luego de oír la interpretación cargada de enojo y tristeza de Satowa, un grito de atención de la chica que no logró llegar a su madre, pero que definitivamente llegó al chico, que acabó con lágrimas en los ojos.
Del otro lado, tuvimos el desarrollo de Kurusu como personaje, con algunos flashbacks de la chica, y sus motivos, algo que se sintió completamente contradictorio porque como dije más arriba, sus acciones contradicen sus propias experiencias. Por suerte para Kurusu, Satowa logró entender sus sentimientos, y a pesar de las cosas que hizo la invitó nuevamente al club, para que la chica pueda experimentar como son genuinamente los lazos humanos.
Un buen capítulo, centrado en los dos personajes femeninos que tiene el anime, remontándose al pasado y explicando las maneras de ambas chicas. Por el lado técnico, fue agradable ver y poder escuchar la canción de Satowa, y eso habla bien del estudio Platinum Vision, pues al ser una canción original debíamos aguardar hasta la adaptación animada para poder oírla.
Es probable que la información otorgada en el capítulo sea una llave para nuevos desarrollos, pues la historia de Satowa acaba de volverse más interesante, y Kurusu tiene un camino largo para redimirse, ¿como avanzarán de aquí en más ambas chicas?