Japón
En abril de 2021, un evento de cosplay que consistía en una pasarela de cosplay en la Ciudad de Kawagoe, en la Prefectura de Saitama en Japón, tuvo que ser cancelado debido a una situación que surgió en redes sociales. Cuando la entidad organizadora anunció el evento en marzo del mismo año, un grupo de cosplayers publicaron en Twitter: «Queridas compañeras cosplayers que estén pensando en participar, este evento no está autorizado. No se ha presentado ninguna solicitud a nadie y existe la posibilidad de que alguien interponga una denuncia. Si eso ocurre, hay muchas posibilidades de que sean procesadas y entrevistadas».
El mensaje se difundió rápidamente en Twitter, y la entidad organizadora comenzó a ser criticada por ser “una organización que no sigue las normas”, atrayendo una variedad de críticas. El grupo también señaló que la entidad organizadora había tenido problemas en el pasado, y se separaron para cuestionar a la policía local, a la Cámara de Comercio e Industria de la Ciudad de Kawagoe y a la representante de Layer’s Plaza (レイヤーズプラザ) (el espacio en donde se iba a realizar el evento) si se habían expedido los permisos correspondientes para realizar el evento.
Además, incluso después de recibir la respuesta de la entidad organizadora de que no era necesario ningún permiso, siguieron defendiendo su propia idea de que era absolutamente necesario informar a la policía para celebrar un evento de cosplay. Dado que el evento iba a consistir en un pequeño grupo de cosplayers desfilando por partes de la ciudad, realmente no se requería permiso según la ley. A pesar de los llamamientos para advertir a los interesados de que las acusaciones eran difamación, varias cancelaciones de participantes llevaron a que el evento tuviera que ser cancelado.
Esto provocó que se cancelaran los proyectos posteriores a este evento, e incluso salieron afectados algunos negocios locales que estaban involucrados en la organización. Por esto, se emprendieron acciones legales contra dos cosplayers mujeres y un cosplayer hombre que iniciaron y continuaron con la difamación en redes sociales. Los datos fueron proporcionados por Twitter para su localización, y esto condujo a una demanda por daños y perjuicios.
El Tribunal del Distrito de Saitama condenó al grupo de tres a pagar una suma de 2.6 millones de yenes (alrededor de 18 mil dólares) por concepto de daños y perjuicios. La fiscalía no aceptó el argumento de las mujeres que no investigaron apropiadamente el tema que criticaron en redes sociales. La fiscalía también señaló que el delito no era menor, y que incluso se les había dado la oportunidad de retractarse en redes sociales, algo que terminaron rechazando.
El profesor Shinichi Yamaguchi, de la Universidad Internacional de Japón, se interesó en este caso legal que involucró a una “funa” en Twitter y señaló: «Mis investigaciones han demostrado que muchas personas que realizan “funas” en Internet, las realizan con la idea de justicia en su interior, y creen que están haciendo lo correcto. Sin embargo, esta justicia con la que critican no es “justicia social”, sino un “sentido personal de justicia” basado en sus propios valores. Algunas veces tus valores no son los aceptados en la sociedad, por lo que podrías caer en situaciones como las de este grupo de cosplayers si no lo piensas dos veces».
Fuente: Otakomu