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La baja popularidad, cambios súbitos en el equipo de producción y la carencia de material para animar son algunos de los factores principales que influyen en que la mayoría de las series se queden en una temporada de entre 12-24 episodios, sin posibilidad de una segunda. ¿Qué factores intervienen en la decisión de producción?
Popularidad del anime
Es claro que para conseguir una segunda temporada, las series deben conseguir primero un nivel de popularidad adecuado. Si la primera temporada es pésimamente recibida por los fanáticos entonces hay una muy baja probabilidad de continuación. Los estudios determinan el nivel de popularidad basados en el rating en televisión y en el importe de mercancías relacionadas vendidas puesto que representan ingresos para la producción.
Hay que mencionar, que el rating no necesariamente se relaciona con la calidad. Es más bien determinado por cuantas personas miran el programa durante su transmisión en televisión o streaming a través de plataformas oficiales.
Las ventas, por su parte, son medidas por el número de mercancías vendidas, como Blu-ray/DVD, ilustraciones y figuras a escala. Naruto y sus múltiples temporadas de relleno son un ejemplo de esto, puesto que los fanáticos de la serie de forma regular y constante compran mercancías de la franquicia, que se traduce en ingresos suficientes para producir más temporadas.
Cambios y disponibilidad del staff
Aunque sea posible producir una segunda temporada de un anime, es posible también que el mismo equipo de producción no participe en ella. Esto puede tener un impacto tanto positivo como negativo.
Debido a la ausencia de miembros del staff, los reemplazos tendrán que tomar su lugar a pesar de no haber participado en el proyecto original. A veces, miembros no familiarizados con la serie son elementos potenciales para causar un cambio en el flujo de trabajo y la productividad del contenido, especialmente si están reemplazando miembros claves de la producción, por ejemplo, el director.
Por otra parte, también puede ser una oportunidad potencial para incluir personas con nuevas ideas y perspectivas que, en última instancia, podrían hacer un producto más exitoso que el original. Por lo general, los estudios se esfuerzan por mantener el equipo original, e incluso por la ausencia de algunos miembros pueden retrasar la producción de una segunda temporada.
Pero esto no es algo exclusivo del staff, ya que también puede haber problemas con los actores de voz. La consistencia es muy importante y, a menos que haya una emergencia o una situación inevitable, los estudios siempre mantendrán la voces de sus personajes. Esto presenta un obvio conflicto, ya que las agendas de los actores de voz no pueden estar a la disposición de las productoras.
El retraso que hubo en la segunda temporada de Shingeki no Kyojin fue un ejemplo perfecto, ya que Yuuki Kaji, el actor de voz de Eren Jaeger, tiene una alta demanda y estaba involucrado en varios proyectos. Su extrema carga de trabajo y su apretada agenda causó retrasos en la producción, ya que no estaba disponible del todo.
Carencia de material para animar
Si bien hay muchas series originales que comienzan directamente en la animación, la mayoría son adaptaciones de otras fuentes, como manga, novelas ligeras y videojuegos. Es claro pensar que si el anime se pone “al día” con el material de origen, no habrá una nueva temporada hasta que éste último haya progresado significativamente.
Las novelas ligeras y el manga son especialmente afectados por esta situación. Claros ejemplos son las novelas ligeras de Oregairu y Boku wa Tomodachi ga Sukunai.
Ambas series tuvieron el éxito suficiente como para tener una segunda temporada, pero debido a que las adaptaciones al anime cubrieron el contenido del material de origen disponible hasta ese momento, la segundas temporadas se vieron obligadas a ser suspendidas indefinidamente.
En lo que respecta a los videojuegos, los estudios de animación tienen un reto incluso mayor cuando el material para adaptar se agota. Esto debido a que cuando una serie de videojuegos finaliza, significa que la historia ha quedado cerrada por completo. La única manera de conseguir una segunda temporada es si hay algún lanzamiento futuro relacionado a la saga que pueda ofrecer contenido para adaptar.
Steins;Gate es un ejemplo de esto, ya que después de que su primera novela visual estuvo completa, no fue sino hasta el lanzamiento del spin-off Steins;Gate 0 que se produjo una nueva adaptación al anime.
En resumen, conseguir una segunda temporada de un anime es bastante complicado. Mientras algunas series nunca recibieron una continuación, otras consiguen nuevas temporadas casi cada año. Para los fanáticos que se desesperan ante el hecho de que una serie no obtiene continuación, siempre es buena idea leer el material de origen y apoyar a las producciones comprando mercancías o mirando la serie a través de plataformas de streaming legal.