Cultura Otaku
Una curiosa situación se suscitó hace unos días e involucró a Mengo Yokoyari, artista del reconocido manga “Oshi no Ko“. Yokoyari-sensei compartió una fotografía de un espectacular del “MAAYA SAKAMOTO LIVE TOUR 2023“, un concierto que se llevó a cabo el pasado 2 y 3 de enero en Japón. A esto añadió: «¡Fui con Ayaneru! Me sorprendió mucho escuchar todas las canciones», señalando que asistió a este concierto con la actriz de voz Ayane Sakura.
Por si no conoces a Ayane Sakura, ella es la voz de Gabi Braun en “Shingeki no Kyojin“; Nao Tomori en “Charlotte“; Yotsuba Nakano en “Gotoubun no Hanayome“; Ochako Uraraka en “Boku no Hero Academia“; Iroha Isshiki en “Oregairu“; entre muchos otros. Sus múltiples participaciones en la industria del anime, sumadas a su inconfundible voz, han capturado los corazones de los fanáticos desde su debut.
Por lo anterior, algunos fanáticos la adoran como si fuera una “idol”, lo que trae consigo las “reglas de las idols” que nadie nunca pidió. Entonces, cuando Yokoyari-sensei compartió esta actualización en Twitter revelando que había asistido a un concierto con Ayane Sakura, algunos de estos fanáticos obsesivos se molestaron bastante pensando que su adorada idol había tenido una cita con el artista de “Oshi no Ko”.
La situación escaló a tal nivel que Yokoyari-sensei tuvo que salir a aclarar la situación, señalando que ella es una mujer casada y que no se trata de “ningún hombre soltero buscando pareja”:
- «Si la gente piensa que soy un hombre soltero, ¡pensarán que mis tweets sobre salir con mis amigas tienen un doble sentido! (Por fin me di cuenta) Sé que el cortejar ya no es una situación exclusivamente heterosexual (aunque hombres y mujeres todavía pueden ser amigos), pero para todos aquellos que se sienten amenazados por mí, sepan que, socialmente hablando, solo soy una mujer casada…».
El hecho de que la artista tuviera que hacer esta aclaración no es más que otro reflejo de la toxicidad de las bases de fanáticos en Japón, especialmente las relacionadas con las idols. En Japón, las idols son vistas como modelos a seguir por el público, y sus vidas personales y su imagen a veces están estrictamente controladas por sus agencias de talentos. Por ejemplo, no pueden fumar ni beber en público, ni mantener relaciones sentimentales.
Este tipo de “control” que los fanáticos ejercen sobre las idols ha sido una constante desde hace décadas, y desafortunadamente cualquiera que rompa estos “acuerdos con su público” se arriesga a la ruina profesional, al sabotaje por parte de quienes creía sus seguidores y a una ola de comentarios negativos. Ciertamente es una triste realidad dentro de la sociedad que no ha sido abordada adecuadamente, y que incluso la propia industria del entretenimiento sigue alimentando.
Fuente: Yaraon!