Cultura Otaku
“Mi trabajo ha sido plagiado, estoy profundamente dolida“. Un famoso director de anime recibió una protesta anónima a través de un servicio de redes sociales. La mujer, una completa desconocida, envió mensajes similares a sus compañeros de trabajo y la situación escaló hasta la cancelación de un evento relacionado. El director demandó a la mujer para exigirle una indemnización y la llevó a los tribunales. En su mente estaba el reciente caso de Kyoto Animation y sus temores por el futuro de la industria.
Todo empezó en abril de 2022. Un mensaje directo llegó a la cuenta de Twitter de Kunihiko Ikuhara, reconocido por su trabajo en muchos animes populares como “Mawaru Penguindrum”, “Shoujo Kakumei Utena”, “Bishoujo Senshi Sailor Moon”, entre otros. La remitente era una mujer que afirmaba ser actriz de voz e ilustradora. Cuando una persona relacionada con el grupo de trabajo con el Sr. Ikuhara publicó en Twitter una ilustración de un personaje de una de las series del director, la mujer señaló que la ilustración era un calco de su propio trabajo y, por tanto, una infracción de sus derechos de autor.
Tras comparar la ilustración con el dibujo que la mujer había enviado, Ikuhara se mostró en desacuerdo con ella, afirmando que no coincidían en absoluto. Sin embargo, dijo que esta respuesta provocó una escalada en el comportamiento de la mujer. La mujer afirmó que la negativa del director Ikuhara a disculparse constituía una “difamación” y un “insulto”. Los empleadores del señor Ikuhara (grandes editoriales, discográficas, empresas de animación, agencias de entretenimiento y artistas ilustradores) también recibieron correos electrónicos de la mujer uno tras otro.
Temeroso, el director Ikuhara acudió la policía, que empezó a patrullar dos veces al día en los alrededores de su casa. En junio de 2022, el director Ikuhara presentó una demanda al Tribunal del Distrito de Tokio solicitando una indemnización de 3.3 millones de yenes (más de 22 mil dólares estadounidenses) a la mujer, alegando que había enviado mensajes amenazantes a su trabajo, dañado su reputación y obstruido sus negocios. Aunque Ikuhara estaba preocupado por el hecho de hacer público el asunto con la demanda, estaba más preocupado de que sus colegas recibieran un trato similar.
El número de actos amenazantes contra los creadores de anime ha aumentado rápidamente en los últimos años. El director Ikuhara, que lleva más de treinta años en el sector de la animación, tiene la sensación de que la industria está actualmente en crisis. Siempre ha habido oportunidades para que el público exprese su opinión a los estudios de animación o compañías productoras a través de cartas o llamadas por teléfono. Sin embargo, la aparición de las redes sociales y el desarrollo de los servicios de Internet ha reducido la distancia entre el público y los propios creadores, saltándose varios escalones.
Fuente: Mainichi Shimbun
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