Cultura Otaku
El usuario de Twitter “くりした善行 (@zkurishi)“, que en realidad se trata de Zenko Kurishita, miembro del Partido Democrático Constitucional de Japón y quien ha participado en dos legislaturas en la Asamblea Metropolitana de Tokio, publicó una actualización señalando que la industria del manga yaoi (romance entre hombres), ya sea ecchi o directamente pornográfico, también está experimentando censura.
Su actualización escribió:
- Un dibujante de manga me comentó que, incluso en lo que se refiere al BL (Boys-Love), los editores le han dicho que evite en la medida de lo posible a los personajes que lleven uniforme escolar, lo que podría interpretarse como estudiantes de instituto. La razón es que no pueden vender sus productos en Corea del Sur.
- Corea del Sur ocupa cierto porcentaje dentro de las ventas de manga en el extranjero, lo que tendría un impacto significativo en las ventas. Incluso las leyes de otros países repercuten en la etapa de producción del manga en Japón.
Esto atrajo una variedad de opiniones, destacando la de George Morikawa, autor de la franquicia de Hajime no Ippo, quien explicó que la decisión de abrir la industria del manga al resto del mundo fue necesaria para “rescatarla” de los números rojos:
- Veo muchos “¿por qué importa el extranjero?” en la sección de réplicas. Hace unos 10 años, cuando la industria editorial estaba en recesión, las editoriales salieron al extranjero diciendo que “el mercado del manga está en el extranjero”, por lo que es natural que personalicen sus publicaciones para las distintas regiones. Gracias a los esfuerzos por ampliar el mercado, ahora tenemos las mayores ventas de la historia del manga.
- Debe haber todo tipo de opiniones, pero es mejor separar los sentimientos de los hechos. La decisión fue que era necesario para que las editoriales y dibujantes pudieran seguir ganándose la vida. Es mi opinión personal, sabiendo que lo mejor es poder dibujar libremente.
- Considero que el mayor mercado del manga es Japón, así que pensé que sería una buena idea cerrarlo y convertirse en uno de los raros “galápagos del manga” en el mundo. Quería un país en el que los extranjeros que conocieran el manga japonés se sorprendieran y vinieran a comprarlo uno tras otro. Por ello, quería que el país fuera flexible y tolerante. De nuevo, en mi opinión.
Fuente: @zkurishi en Twitter